El mayor problema al que se enfrenta la presidencia española en la Unión Europea en estos momentos es la guerra ruso-ucraniana. A este conflicto no se le ve un final cercano.
Tras la visita de la comisión africana para la paz a Moscú y la exposición que hizo Vladimir Putin a sus allegados, queda claro cuales son sus pretensiones. El presidente de la Federación alegó que la retirada de sus tropas de Kiev fue motivada por la firma del tratado de Estambul, donde el comité ucraniano suscribió un acuerdo en el cual Ucrania mantendría un estado de imparcialidad militar. No tendría un ejército superior a 250.000 hombres y cedería a Rusia como regiones históricas, Jarkov, Nueva Rusia (Luganks y Donets unidas), Zaporiya y Jerson, además de dejar Crimea con la soberanía anterior al conflicto. Si esto se firmó por ambas partes en aquel tiempo, aunque los ucranianos después no lo hayan cumplido dadas las promesas de la OTAN, está claro que estas condiciones son las que requiere Rusia para alcanzar la paz.
Según varias publicaciones de la prensa estadounidense, tras la lentitud de la contraofensiva ucraniana, la CIA informa que Ucrania no renunciará a ningún territorio, pero estaría dispuesta a no reclamar Crimea para conseguirla por medios democráticos a futuro.
Si Rusia abandonase el resto de las regiones invadidas, Ucrania no pertenecería a la OTAN, pero haría un convenio con ciertos países de dicha organización para que interactuasen directamente en caso de un nuevo ataque ruso. Aunque, explica Zelensky, que para llegar a este acuerdo necesita mejores resultados en el frente de batalla.
Desde mi perspectiva, No creo que sea necesario ir ganando o perdiendo en una ofensiva para firmar un tratado de paz razonable; nadie gana en una guerra. No creo que Putin rechace que Jarkov, Nueva Rusia, Zaporiya y Jerson sean estados libres unidos a Ucrania, como Puerto Rico lo es de Estados Unidos, y cuyos ejércitos locales formen parte de la Organización del Protocolo de Seguridad Colectiva de la CEI ( protocolo militar al que Rusia pertenece). Además de legalizar el ruso en todo el territorio ucraniano y no financiar a organizaciones nazis.
Por otra parte, Ucrania no tendría armas furtivas como aviones o misiles que inquieten la seguridad de Rusia. Por estas condiciones, Ucrania firmaría un protocolo bilateral de seguridad con los países del Este integrados en el Tratado militar de Lisboa de la UE para su intervención directa en caso de una nueva invasión...Y si esto funciona, se haría un referéndum dentro de siete a diez años, organizado por la ONU en Crimea, respetando sus resultados, mas dejando Sebastopol bajo soberanía rusa, ya que su base naval es vital para ellos.
Creo que Pedro Sánchez debería de proponer este acuerdo o similar a Putin y a Zelensky e intentar que se firme un tratado en Bruxelas o incluso Madrid y poner fin a este disparate “ya”.
Uno de los principios básicos de la UE es la paz, y si esto funcionase, España tendría una categoría internacional sin precedentes en la historia moderna.
Francisco E. Fernández