Opinión

Horizontes políticos 2023

Ojeando políticamente el año en el que hemos entrado, hemos reflexionado algunos sucesos de la política internacional que nos están generando alguna que otra reacción social y nos permiten apreciar posibles cambios a corto y largo plazo.

El fiestorro que llevan montándose el mundo iberoamericano de la izquierda nos da que pensar y,  en principio, le queda poca mecha. Demasiada ilusión y aparente fortalecimiento está surgiendo con Lula en Brasil y Gustavo Pedro en Colombia. Castillos de fuegos artificiales de poca monta. Mientras, la lepra política que ya andaba por ese continente alrededor de Cristina Fernández (Argentina), Pedro Castillo (el del sombrero) y, las posibles complicidades de México y Bolivia, están generando una buena tormenta diplomática por lo que se oye. A fecha de hoy, incluyendo a Colombia, da la impresión que se encuentran en aprietos, pues mantienen cierta simpatía con políticos que intentan desconocer las instituciones democráticas que debe tener un país, mientras que otros Estados observan con preocupación cómo se minan los diversos sistemas políticos liberales en el sur del continente apelando a la movilización popular cuando las normas son contrarias a los intereses de tales gobernantes.

Si el mundo político iberoamericano tiene a medio mundo con el corazón en la mano, es posible también que, la reinvención de las redes sociales  tenga algo que decir en el año entrante. Es posible que estemos ante cierto surgimiento de nuevas redes sociales tras la compra de Twitter y lo que se podría originar a partir de ahí. Los códigos de participación, difusión y verificación de información de estas nuevas redes podrían ser más estrictas y limitadas de lo que hemos visto hasta ahora, y también que la supuesta libertad de opinión de la que pensábamos tener y recrearnos con estos espacios digitales todo podría quedar en una absoluta ficción. El tiempo nos lo dirá.

Tampoco nos convence el ambiente más que húmedo que rodea a la Casa Blanca. Claramente están como Europa en cuanto a liderazgos. Ni Biden ni Donald Trump, tanto para americanos como para occidentales no termina de encajarles. La ironía de la polarización política es que parece reforzar el poder de liderazgos tradicionales y las dificultades ante la renovación de líderes que puedan cohesionar. Hemos de ver con buenos ojos si los otros candidatos a este cargo pueden competir por la nominación de ambos partidos y derrotar las aspiraciones de dos débiles presidentes por seguir gobernando a los Estados Unidos. Ronald Reagan, con más de 70 películas a sus espaldas, según los buenos sabedores, hizo mucho más que estos dos americanos.

Sabrán ustedes que el multilateralismo es la colaboración entre varios países en pro de un objetivo común, pues bien, mientras las alertas frente al cambio climático y otros “vecinos” abundan en boca de científicos, activistas y lideres sociales, el resto del globo y, en especial nuestra juventud, miran con asombro cómo tales instituciones multilaterales son incapaces de generar consensos y acciones concretas y de impacto en torno a este asunto. La guerra de Ucrania, la OTAN, la ONU deben aclararse y deberían, si saben o pueden ofrecer respuestas no ideológicas pero sí científicas ante los cambios de temperatura global o si seguimos en las fiestas anuales donde existen discursos ricos en palabras y débiles en acciones concretas.

Se queda mucho en el tintero referente a Europa y España. La unidad en objetivos hacia Europa y maneras de ver la vida  de los estados miembros es una realidad. El mundo de la inmigración aún no se tiene claro. La fortaleza de Europa y Occidente no está clara cuando depende de otras en muchas cuestiones. La distancia de Europa a cada uno de los europeos cada día está más alejada y, bajo nuestro punto de vista, la Península Ibérica, España-Portugal  y Europa, si lo quisiesen, aún tendrían mucho que aportar al resto del continente.

Deseamos que este año entrante sea uno de esperanza en donde a pesar de la anticipada desaceleración económica, una guerra continúa y un clima marcha en ascenso, donde seamos testigos de avances tecnológicos que aceleren el desarrollo, también, posibilidades de acuerdos fuertes entre países y que, así como se ha despertado una buena y sincera sensibilidad especial entre los más jóvenes por el cuidado del planeta, ocurra lo mismo con la necesidad de proteger y ayudar los más vulnerables en la sociedad. Recordando a Kennedy, nos podríamos preguntar qué podemos hacer nosotros por el mundo, empezando sencillamente por nuestro edificio o por el barrio donde habitamos.

El Movimiento Político Cristiano (ECPM) el cual vive desde 2002, donde VALORES espera  entrar en el presente año y, cuyo Presidente es Valerin Ghietchi saben de ello e incluso darían que hablar más temas al respecto.

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Por María Beatriz Muñoz Ruiz