Opinión

Un articulista comenta a otro columnista

Me he preguntado muchas veces, cuántos periódicos en papel o digitales existen en el mundo, por continentes, y cuántos artículos de opinión o similares se publican cada día. 

Cierto es, que existe una tradición consciente-semiconsciente-inconsciente, que el artículo o la viñeta de humor, para el caso es lo mismo, es redactarla, enviarla al medio de prensa-digital, y, al día siguiente, olvidarte de ella, y, seguir el ciclo, hasta que el equipo de redacción producción-gerentes-promotores o, y los huesos-carne-nervios del escribiente aguanten. Y, así, semana tras semana, mes tras mes, día tras día. Pero en esta serie de y sobre articulistas de este lagar-lugar que estoy construyendo, mi intención múltiple, entre otras, es la valoración-revalorización de este género, a nivel artístico y literario y de información. 

¿Cuántos artículos de opinión se convierten en bits de información o en tinta sobre papel, se publican de media cada día, en el mundo? ¿Si existen cincuenta mil periódicos en papel y digitales, pongamos por caso, quinientos mil artículos cada día…, cinco millones cada mes…? (Invito a los expertos y académicos y a los que construyen tesis doctorales, que aborden este problema). 

Hoy, nos acercamos a Ansón, Luís María Ansón, en un artículo que titula Antonio Burgos sigue en cabeza del columnismo español, publicado el 01 de diciembre del 2021 en El Imparcial por lo cual si nos fijamos bien, estamos haciendo un juego de espejos, una variedad de las Meninas con palabras, un articulista, Ansón, comenta a otro, Burgos, y otro modesto, el escribiente-redactante de estas líneas, comenta a ambos. 

Uno, ha ido, viajando de vagón en vagón de tren, toda la vida, sentándose-percibiendo la vida, sintiéndose en la vida, pero el vagón, no ha sido solo el material, sino también, diríamos el cultural-espiritual, el género literario-científico-filosófico-teológico-artístico con el que ha querido captar la realidad, siempre he sentido, que el guante era el texto fragmentario-microensayo-párrafos interrelacionados con diversos temas, y, a eso, y, con eso, he herido las palabras y trozos de la realidad-real-no real. También, el artículo, éste encaje-encaja, con la forma de entender-comprender el mundo, analizar caleidoscópicamente trozos de realidades, después en la mente-cabeza-cerebro-yo-sujeto-sensibilidad, unir todas las piezas. El artículo es esencial para mi comprensión-expresión del mundo. Cierto es, que las cabeceras y sus magnates, medios o pequeños, durante décadas, no me dejaron "mojar el moco de las palabras en tinta reprografiada". 

Cierto es, que el columnista, como todo ser humano, está jugando siempre al parchís-ajedrez-gó-fútbol-péndola entre sujeto y objeto, el mismo sujeto se convierte en objeto, el objeto en sujeto. Sus realidades subjetivas más profundas y superficiales, y las realidades más exteriores-superficiales-profundas. En ese tenis de ideas y conceptos y datos y deseos y pasiones y motivos e historia personal y social, en esa caza-pesca-toreo de figuras-ideas-conceptos, se marchitan las flores del ser-estar, se materializan-cristalizan-vulcanizan palabras, palabras-ideas y palabras-imágenes y palabras-deseos y palabras-temores. Intentamos crear micromundos de macromundos, macromundos de micromundos. Eso es el articulista, entre otras muchas cosas-variedades... 

Ansón, Burgos dos comentaristas-analizadores de la cosa-rex pública, desde ya, tantas primaveras-inviernos, que uno ha olvidado, cuándo leyó, sus primeros artículos de estos dos titanes-centauros, como en la película del Oeste, Centauros del Oeste, de John Ford, 1956, -yo, estaría gestándome en el útero semisagrado de mi progenitora, aquí mi modesto homenaje, de su descendiente, que ella, supongo, nunca imaginó que escribiría artículos, aunque si, pienso intuyó que siempre escribiría-. 

Este articulista, ya no sabe, cuánto llegó a sus ojos, la primera imagen fotográfica de ellos, cuándo las primera palabras, cuándo los primeros ecos, pero si sabe que en esos tiempos de adolescencia-bachillerato. Un modesto columnista, como el que escribe-subscribe-reescribe estas ideas-imágenes-iconos, no está de acuerdo con todo, ni en el fondo-superficie-ideas-deseos-fines-metas de otros autores, pero de todos ha ido intentando aprender-aprehender, percibir-comprender, cierto que también, de manuales académicos de muchos saberes. 

Pienso que los cronistas-comentaristas-opinadores-articulistas de hoy, cometen un error, en general, yo, yo también, posiblemente, les/nos falta más "conocimientos teóricos académicos sistemáticos". Puede que tengan muchas fuentes de información, semiocultas y ocultas y no ocultas, puede que tengan mucha experiencia de tantos lustros, puede que tengan una sensibilidad-percepción para saber, cómo y de qué y dónde y cuándo va el toreo-pase de pelota o de suertes del dato-noticia-información, puede que tengan un quinto sentido o décimo para comprender-entender cuestiones del poder. Pero en casi todos, hecho de menos, nadie se ofenda, más conocimientos sistemáticos, de los que surgen en el silencio de las universidades, de los saberes ortodoxos, de las ciencias sociales ortodoxas, falta filosofía profunda, falta teología esencial... 

Hoy, en este modesto, artículo, pongo mi pequeño guante, en homenaje a estos dos articulistas, y, un campanazo para recordar, cómo cientos de miles, millones de artículos que se han ido poniendo en la bola del mundo, de este nuestro terruño, cómo podrían recuperarse. 

Me pregunto, porqué un medio de comunicación, entre tantas realidades culturales como construyen, no empiezan a edificar un directorio de articulistas de este momento, de grandes y medianos y pequeños periódicos, famosos y con notoriedad, o pequeños sin apenas ser conocidos, fuera de su localidad. Porqué para valorar-revalorizar este género, me pregunto si estos grandes popes de la cultura, sugiriesen esta idea a sus medios de prensa. A ellos, les harían caso, a este modesto escribiente, las palabras, no van al río, sino que se queman en el silencio. Leamos artículos, pero también manuales de ciencias sociales ortodoxos. Comprenderemos mejor el mundo, nos entenderemos mejor a nosotros mismos. Paz y bien.

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