La ética estoica es válida y beneficiosa también para el siglo XXI. Los filósofos estoicos daban mucha importancia al control de las emociones, pero no querían reprimirlas o negarlas.
Lo que es evidente es que los juicios que formamos acerca de la realidad y de lo que ocurre en la vida son lo que, en parte, produce las conductas y las actitudes. Saber razonar y enjuiciar en profundidad las cosas y las situaciones es lo deseable en numerosas circunstancias vitales. Es una de las grandes lecciones que nos proporciona esta ética helenística que surgió hace unos 2.300 años.
El exceso de pasión y las emociones negativas es lo que los estoicos consideraban que era preciso evitar. La serenidad y la tranquilidad son lo más apropiado en la conducta.
Para Séneca la actividad más noble o mejor es la actividad reflexiva o, lo que es lo mismo, la filosofía. Y se comprende perfectamente que lo afirme. Dedicarse a leer, pensar, conversar, investigar, aprender y viajar es lo más enriquecedor para los seres humanos.
La terapia cognitivo conductual sigue los planteamientos ya avanzados por el estoicismo hace más de dos mil años, como también reconoce el filósofo John Sellars en uno de sus libros.
El emperador Adriano, que fue uno de los mejores gobernantes que tuvo el Imperio Romano, siguió las enseñanzas de los pensadores estoicos y las aplicó a su vida y a su actividad política.
Las cuatro virtudes principales para los estoicos son la sabiduría, la justicia, la valentía y la moderación. En el carácter de las personas deben estar presentes y ejercitarse estas cualidades o estos valores éticos. Es lo esencial para vivir racionalmente y a la vez ser virtuoso.
En relación con lo que podemos controlar es evidente que muchas cosas escapan a nuestro control. La realidad no es controlable por las personas y las que piensan que sí están equivocadas. Lo que es posible es buscar las formas de hacer todo lo que se pueda para el logro de las metas o fines. Lo que podemos controlar es nuestro pensar o los juicios que elaboramos. Y esto es sumamente importante, ya que nos permite desarrollar una existencia más intensa y satisfactoria en todos los sentidos. El coraje también es necesario en el discurrir de la vida, ya que proporciona recursos adicionales a los ya disponibles en las personas.
Esforzarse y luchar de la mejor manera es lo deseable desde un planteamiento estoico y lo demás vendrá por añadidura. La perseverancia, la tenacidad y la constancia son muy poderosas si se practican y hacen posible lo aparentemente imposible. Esto también lo sabían los filósofos estoicos.
Como indica John Sellars Marco Aurelio practicaba la reflexión al despertarse. Se entiende perfectamente que lo hiciera, puesto que la preparación y consideración de sus decisiones no era algo sencillo y los problemas a los que se enfrentaba como emperador eran complejos. Ser filósofo y emperador no era una tarea sencilla, ya que requería de mucha inteligencia o reflexión.
Séneca, en cambio, pensaba al anochecer sobre el día que estaba acabando y realizaba una especie de balance analizando lo que había hecho bien y considerando también sus errores. La finalidad era mejorar su conducta y sus acciones al día siguiente. De este modo, podía mejorar en el camino de la vida. Por tanto, se observa como la filosofía nos ayuda a vivir mejor y a ser más felices como consecuencia.
La actitud estoica rechaza la impulsividad en la vida, porque de lo que se trata es de vivir pensando en lo que más nos conviene. La falta de reflexión, aunque sea rápida o no muy extensa, impide saber la auténtica realidad en la que se vive. La impasibilidad estoica no significa que haya que ser como un bloque de mármol. Pero la ira, el rencor, el miedo, y otras pasiones negativas empeoran la vida de las personas y, por tanto, deben ser evitadas mentalmente. Por supuesto, los estoicos entienden la necesidad de expresar las emociones anímicas y lo consideran saludable y beneficioso.
Respecto a la adversidad las lecciones que nos ofrece el estoicismo son muy valiosas. Nos podemos poner a prueba con las dificultades y de esta forma sabremos de lo que somos capaces. Con coraje y tenacidad se pueden vencer o superar todas las situaciones adversas. Además, sirven para mejorar el carácter. Por supuesto, no hay que buscar la lucha por sí misma, pero es necesario tener fortaleza para aprovechar la vida y hacer lo que uno quiere en su única vida en el mundo.