El trabajo de la Seguridad Privada es a día de hoy el menos reconocido tanto por la sociedad como por los que nos gobiernan. En nuestra vida diaria nos cruzamos con profesionales de este sector, encontrándolos en muchos espacios donde están realizando su trabajo de vigilancia, podemos verlos en centros comerciales, metro, u hospitales, teniendo un papel primordial en nuestras vidas ya que se encargan de que no haya problemas o solventar los que se den en este entorno evitando que se lleven a cabo actos vandálicos o delictivos, por eso cuando sucede cualquier incidente lo primero que hacen estos agentes de seguridad es llamar a la Policía, actuando ellos mientras ésta acude, ya que estos agentes de seguridad privada son la primera línea de actuación, evitando que las cosas vayan a peor haciendo sentir al ciudadano que esté más tranquilo.
Demostrado está que son los profesionales mejor formados de la Unión Europea y están preparados para actuar de una forma eficaz y rápida; su profesionalidad les hace desempeñar tareas desde acompañamientos, defensa y protección de personas, realizando en muchas ocasiones tareas mas allá de las de prevención del delito. Definitivamente hay que fomentar una nueva cultura de seguridad, identificando siempre las oportunidades y debilidades de los diferentes actores que participan del espectro de la seguridad pública y privada con un objetivo de visión global puesto que se impone tanto una seguridad que es tanto pública como privada, donde ambas tienen que tener una visión holística de las amenazas y vulnerabilidades tanto del planteamiento como la implementación de los medios de prevención y protección.
Finalmente quisiera hacerle llegar a todos aquellos familiares de los agentes de seguridad fallecidos por la brutal pandemia que estamos padeciendo debido al COVID-19 mi más sincero pésame, ya que se están dando terribles momentos en los que ni siquiera han podido acompañarlos en ese último adiós debido a las medidas que se han tenido que tomar para evitar contagios.
En España ya han fallecido siete vigilantes de seguridad debido a este virus y quisiera aprovechar también para recordar que hace unos días también falleció un vigilador (tal y como se les conoce en América Latina a los vigilantes de seguridad) en Argentina por este virus, por ello desde España mandamos nuestro más profundo sentir a sus familiares.
Ahora nos tendríamos que preguntar qué va a pasar con las familias de estos profesionales, quién les va a proporcionar los medios para poder subsistir, quién se va a hacer responsable de estas muertes, ya que estos profesionales están considerados como personal de bajo riesgo, causa que ni compartimos ni entendemos ya que todos estos agentes están ahí en primera línea, por lo que pedimos a los diferentes sindicatos que se manifiesten porque no vemos que lo hagan.. Esta pasividad no es entendible.
Éstos también son héroes sin capa.
José Carbonell Buzzian