Opinión

8M. - Cuidadoras

Las personas cuidadoras son en su mayoría mujeres, y diferentes estudios nos evidencian que pueden sufrir agotamiento y aislamiento entre otros factores psicológicos. La prestación de cuidados no remunerados son prácticamente invisibles para la mayoría de la sociedad, así tanto la atención directa, como dar de comer a un bebé; o la indirecta, como es cocinar o limpiar; están feminizadas.

Con la pandemia no ha mejorado la situación en términos de igualdad, sino que han sido las mujeres las que más han visto perjudicada su carrera profesional o personal en pro de los cuidados.

Si estamos llevando a cabo tareas de cuidado hay determinadas señales que nos indican que debemos mejorar el autocuidado; pensamientos distorsionados, soledad, aislamiento, insomnio, problemas físicos, ansiedad, depresión, irritabilidad o adicciones, entre otras.

Dentro de las señales que nos indican que debemos mejorar nuestro autocuidado cuando somos cuidadoras, están los pensamientos distorsionados que suelen ser nuestro enemigo más silencioso, ya que son muy difíciles de identificar. Los pensamientos distorsionados son creencias que aparecen en nuestra mente de manera automática. Algunas de ellas serían “Nadie lo va a hacer cómo lo hago yo”, “Soy una egoísta si quiero tiempo para mi”, “Yo puedo con todo”. Aprender a manejar los pensamientos distorsionados es fundamental para mejorar la vida de las cuidadoras. Mediante la terapia cognitiva podemos aprender a gestionar los pensamientos distorsionados que estén influyendo en nuestro malestar psicológico.

Claves para que el cuidado sea una esfera más y no lo único en nuestra vida: 

1. Organización, alterna cuidados con otras personas, buscar servicios que nos puedan ser de utilidad y respeta tus descansos.

2. Cuidar la esfera emocional, la calidad de vida del cuidado y del cuidador mejora cuando el cuidador atiende sus necesidades emocionales.

3. Rutinas de autocuidado, aquí entraría el llevar a cabo las rutinas de autocuidado, como son el sueño, la alimentación, actividad física e higiene.

4. Aprender a identificar nuestros pensamientos distorsionados, cuestionar y reflexionar sobre lo que pensamos puede ayudarnos.

No renunciar a nuestro desarrollo profesional o personal y mantener nuestra identidad, será más fácil si hacemos visible lo que ha sido invisible hasta ahora

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Por María Beatriz Muñoz Ruiz