El grupo de investigación Genética Molecular de la Universidad de Murcia ha publicado recientemente una revisión de sus investigaciones en la prestigiosa revista Annual Review of Biochemistry por invitación de Robert D. Kornberg, premio Nobel de Química en 2006 y editor de dicho medio.
Dicho estudio está centrado en su trabajo más relevante: el descubrimiento de un nuevo tipo de proteínas fotorreceptoras que utilizan la vitamina B12 como molécula sensora de la luz. A través de esta investigación, el equipo halló un nuevo papel para esta vitamina desconocido hasta la fecha. Esta revisión incluye un recorrido desde los primeros indicios del descubrimiento, denominado por la investigadora principal del grupo Montserrat Elías Arnanz como un momento Eureka, hasta la demostración experimental y la publicación en Nature, al poder mostrar la fotografía de la proteína en funcionamiento en cada momento.
Elías explica que este artículo supone para ellos un importante reconocimiento de la comunidad internacional a los hallazgos realizados durante los últimos años. "Actualmente seguimos intentando entender con más detalle cómo funciona y observar si es posible la aplicación", comenta la catedrática en Genética. El equipo de investigación de la UMU trabaja para comprender cómo respondemos a aquellos estímulos a los que estamos expuestos utilizando como modelo una bacteria, a través de la que poder extrapolar importantes resultados.
El artículo de revisión se centra en la proteína CarH de la bacteria, que junto con otras proteínas encontradas por el grupo, denominadas Car, controlan la producción de carotenos, unos pigmentos rojizos que se encuentran también en el tomate o la zanahoria y que la bacteria produce para protegerse de los daños de la luz. El grupo además investiga sobre las otras proteínas Car, algunas de las cuales son más propias de organismos superiores. "Los seres humanos tenemos una proteína similar a una proteína Car, la cual desconocemos cómo funciona. Por ello, estamos utilizando nuestra bacteria para entender su función y a partir de ahí comprender el funcionamiento en organismos superiores".
Tras el hallazgo sobre CarH realizado en la Universidad de Murcia, durante la review han comprobado que esta proteína está muy extendida en otras bacterias, en las que su función es desconocida. Actualmente, el equipo de Elías realiza un trabajo evolutivo para entender tanto cómo ha surgido este tipo de proteína así como cómo funciona en otras bacterias, encontrando variantes muy interesantes.
Este descubrimiento les sirvió para publicar en la prestigiosa revista de impacto PNAS en 2011, y posteriormente, en 2015 en las reconocidas Nature, en colaboración con un grupo en el Massachusetts Institute of Technology de Estados Unidos, y Nature Communications, explicando el funcionamiento de esta proteína.
Los Annual Reviews, como su nombre indica, son revistas que se publican anualmente con artículos de revisión realizados por invitación de conocidos investigadores a los equipos más reconocidos internacionalmente en determinados temas punteros.
La primera revista de la colección Annual Reviews fue precisamente Annual Review of Biochemistry, fundada en 1932 por el profesor J. Murray Luck de la Universidad de Stanford, ante la imposibilidad de abarcar toda la literatura científica existente sobre una determinada materia. Así, se decidió que cada año se realizara una revisión crítica sobre el estado de diversos temas, encaminando las vías hacia investigaciones futuras y orientando acerca de qué cuestiones quedan por resolver. Este año se publica el volumen 86, con materias tan relevantes como la autofagia, reconocida recientemente con un premio Nobel o el desarrollo de nuevos antibióticos.
Otros grupos internacionales están empleando los hallazgos obtenidos para desarrollar nuevas líneas de investigación entre las que se encuentra buscar aplicaciones a esta proteína dentro un novedoso campo conocido como Optogenética. Uno de sus usos puede ser controlar la transmisión de señales a través de la luz, como se ha demostrado recientemente en el pez cebra y en células humanas. Estos avances pueden tener una aplicación en campos de investigación tan relevantes como el cáncer. Otras proteínas sensoras de luz se están utilizando ya como una nueva estrategia en Neurobiología para controlar con mucha precisión la activación de determinadas neuronas y comprender cómo funcionan.