Cuatro habitaciones de la unidad de paliativos del Hospital General han sido cerradas por las altas temperaturas, en la unidad de convalecencia se están alcanzando los 28° y en la unidad de rehabilitación han colocado un pingüino de aire acondicionado, pero tienen que mantener abierta la ventana para que este sistema pueda expulsar el aire caliente.
Desde luego, la situación no ha mejorado desde que USAE la denunciara la semana pasada, al contrario, el riesgo por altas temperaturas que están padeciendo los pacientes es mayor al estar en una nueva ola de calor, y, además, se está poniendo en riesgo la asistencia sanitaria al tener que cerrar habitaciones por este problema.
El Hospital General, que depende de Son Espases, es el más antiguo de Mallorca, pero hay unos mínimos, conociendo las temperaturas que alcanza la isla, que deberían haberse solucionado antes de la llegada del verano, sin embargo, las direcciones responsables insisten en incumplir el anexo III del Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo: "en la medida de lo posible, las condiciones ambientales de los lugares de trabajo no deben constituir una fuente de incomodidad o molestia para los trabajadores. A tal efecto, deberán evitarse las temperaturas y las humedades extremas…".
Pero las altas temperaturas no solo están afectando a la atención hospitalaria, sino también a la extrahospitalaria, pues en localidades como Alcudia y Can Picafort, las ambulancias han alcanzado los 50° debido a que las bases no cuentan con techado en los aparcamientos. Una temperatura demasiado elevada, especialmente si recordamos que algunos vehículos no cuentan con aire acondicionado para aclimatar el espacio.
"Desde USAE seguiremos trabajando para mejorar las condiciones en todos aquellos centros en los que se estén alcanzando temperaturas muy superiores a las marcadas por la legislación vigente para el desempeño del trabajo. No vamos a consentir que usuarios y profesionales continúen pagando la desidia de los responsables sanitarios a la hora de solucionar problemas que están poniendo en peligro la atención asistencial", explica Alejandro Juan Alonso, responsable de USAE en Baleares.