El Ateneo de Sevilla ha presentado el cartel anunciador de la Cabalgata de Reyes Magos, que en esta ocasión ha sido realizado por la pintora Teresa Guzmán, licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y diplomada en Ciencias de la Educación por la Universidad San Pablo CEU. Actualmente Guzmán es profesora en el Colegio Sagrada Familia de las Hermanas Carmelitas de Vedruna.
La sede de la Caja Rural ha acogido un año más este tradicional acto en el que han estado presentes, entre otras personalidades, el alcalde, Antonio Muñoz Martínez; el presidente de la Docta Casa, Emilio Boja Malavé; el presidente de la Fundación Caja Rural del, Sur, José Luis García-Palacios Álvarez; el director de la Cabalgata, Manuel Sainz Méndez, así como las personas que encarnaron a sus majestades y otros personajes del cortejo.
Se trata de una obra ejecutada con pintura digital y presenta un marcado carácter simbólico en formas, fondo y colores. El eje central gira en torno a esa gran obra teatral que supone la Cabalgata, que cual procesión mayor, sale a las calles con una gran puesta en escena, donde los distintos roles de protagonismo quedan específicamente asignados por el director de la obra que es el Ateneo de Sevilla. Al frente del cartel, vemos a la diosa griega de la sabiduría Palas Atenea descorriendo la gran escena, abriendo con ese gesto las cortinas del hasta entonces conocimiento de Occidente a la nueva Era cristiana. El politeísmo grecorromano queda definitivamente atrás con el nacimiento de Cristo, verdadero y único Dios. El atuendo rosa de la diosa griega, jaspeado con el escudo del Ateneo, está relacionado con el color litúrgico del III Domingo de Adviento, conocido como «Domingo Gaudete» o «Domingo de la Alegría», siendo color de júbilo en medio de la sobriedad reflexiva de un periodo de espera, que nos invita a alegrarnos por la cercanía del nacimiento del Señor.
Los Tres Reyes Magos adoptan el papel de protagonistas dentro de la escena teatral, representando con sus gestos de inclinación y, sobre todo, con la decoración de sus vestimentas, cómo todo el universo conocido hasta el momento se postra ante el Niño Jesús. Así, se observa el Rapto de Europa en el ánfora griega que porta el rey Melchor, unos mandalas hindúes y al dios Brahma en el atuendo del rey Gaspar y un jeroglífico egipcio en el del rey Baltasar. Europa, Asia y África, los continentes, entonces conocidos, rindiendo pleitesía ante el Rey de los Reyes. Todo bajo una noche oscura, donde las estrellas del firmamento representan la nueva comunidad cristiana naciente. La Estrella de la Ilusión es el propio Jesús como resplandeciente Estrella de la Mañana, tal y como lo cita el libro del Apocalipsis. Oscuridad y luz. El Antiguo Testamento dando paso al Nuevo Testamento.
La Resurrección queda anticipada por el color rojo que impregna todo el cartel y que está relacionado con un triple significado: por un lado, la sangre de Cristo que trae la Redención; por otro la Unigenitura y finalmente el Espíritu Santo, estos últimos en correlación con el Credo, que nos dice que Jesucristo es Hijo único de Dios y fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Al fondo, Sevilla representada por la Giralda y la Santa Catedral, dan fe de la renovada ilusión que a la ciudad trae la llegada de sus Majestades.