En España 12.115 niños y niñas viven en acogimiento familiar con algún miembro de su familia biológica, en la mayoría de los casos, abuelos o abuelas.
A través de sus programas de Apoyo al Acogimiento Familiar, Aldeas Infantiles SOS ofrece a estas familias el apoyo que necesitan para que puedan brindar a sus nietos un entorno seguro y protector.
Ante la retirada de la tutela de un niño a sus padres, la primera medida de cuidado alternativo que recomienda la Leyde modificación del Sistema de Protección a la Infancia y a la Adolescencia es el acogimiento en su familia extensa siendo, en la mayoría de los casos, los abuelos y abuelas quienes asumen el cuidado de sus nietos y se sitúan al frente de la unidad familiar. En el Día de los Abuelos, que se celebra el 26 de julio, Aldeas Infantiles SOS pone en valor la labor realizada por los abuelos y abuelas acogedoras y pide un mayor reconocimiento y apoyo social para estas familias.
En España casi 50.000 niños y niñas crecen en el sistema de protección. Más de la mitad lo hacen en régimen de acogimiento familiar (ya sea en familia extensa o ajena) y un total de 12.115 lo hace con algún miembro de su familia biológica.
Esta modalidad supone una alternativa al acogimiento residencial en la que el cuidado del niño o niña recae en su propio núcleo familiar, contribuyendo así a mantener sus vínculos emocionales, reforzar su estabilidad y disminuir el daño causado por la separación. Tiene carácter temporal y permite al niño seguir manteniendo el vínculo con sus padres. Por eso, un correcto equilibrio en las relaciones que se establecen entre el niño, la familia de origen y los acogedores es fundamental.
En la mayoría de las ocasiones son abuelos y abuelas quienes asumen la guarda y custodia de estos niños hasta que sus padres superan las dificultades que provocaron la separación y es posible su reunificación. Con motivo del Día de los Abuelos, Aldeas Infantiles SOS quiere poner en valor su compromiso a la hora de ofrecer a sus nietos la oportunidad de permanecer en el entorno familiar y de brindarles el cuidado que necesitan para su bienestar y pleno desarrollo.
"Desde Aldeas Infantiles SOS queremos que se reconozca la solidaridad y generosidad de los abuelos y las abuelas acogedores y contribuir a que estas familias tengan mayores apoyos y recursos para el cuidado de sus nietos", reclaman desde la organización.
Los abuelos acogedores se enfrentan a una serie de retos añadidos a los desafíos que ya de por sí implica el acogimiento familiar. La diferencia generacional con sus nietos y nietas, la inseguridad ante sus habilidades parentales o el conflicto de lealtades son algunos de los problemas que pueden surgir en el proceso. Otro de los puntos más complejos es el cambio de rol familiar ya que, temporalmente, han de dejar de lado su papel tradicional como abuelos, más vinculado a los momentos de juego y ocio, para asumir la responsabilidad de ser los cuidadores principales de sus nietos, con las obligaciones que esto implica.
Cuando estos factores vienen acompañados de la falta de ingresos, la situación se vuelve especialmente difícil para aquellos abuelos que no cuentan con recursos suficientes para ofrecer a sus nietos una alimentación sana y equilibrada o la atención educativa adecuada. De ahí la importancia de ofrecer los apoyos y los recursos necesarios para ayudar a las familias y a los niños durante todo el proceso.
El apoyo de Aldeas a los abuelos acogedores
A través de sus cinco Programas de Apoyo al Acogimiento en Familia Extensa, Aldeas Infantiles SOS apoya a familias de acogida de las comunidades autónomas de Aragón, Cataluña, Galicia, Madrid y Canarias.
En el último año, la organización acompañó a 541 niños, niñas y adolescentes y a 444 familias, la mayoría de ellas formadas por abuelos y abuelas. Esta cifra supone que Aldeas está apoyando actualmente al 5% del total de niños y niñas que crecen en esta modalidad de acogimiento en nuestro país.
Los programas de la organización cuentan con un equipo de profesionales formado por trabajadores sociales, psicólogos, pedagogos y educadores sociales que proporcionan orientación, mediación y ayuda psicológica y emocional tanto a las familias como a los niños y niñas. Todo ello con el fin de garantizar el bienestar y desarrollo de los niños y con el objetivo final de que se produzca la reintegración familiar.