“España es el segundo país de la Unión Europea, tras Finlandia, con mayor cantidad de tierras raras”, unos minerales poco comunes que se utilizan en la fabricación de teléfonos móviles, ordenadores, baterías de coches eléctricos, placas solares y otros dispositivos eléctricos y electrónicos. Así lo ha afirmado, basándose en estudios del Instituto Geológico Minero, Dolores Algora Weber, investigadora del Centro de Seguridad Internacional de la Universidad Francisco de Victoria. La experta ha participado con la conferencia ‘El impacto geopolítico de las tierras raras en el orden internacional’ en el II Seminario en Seguridad ‘Panorama geoestratégico de la seguridad en los albores de la tercera década del siglo XXI’, organizado por el centro universitario ISEN, adscrito a la Universidad de Murcia.
Dolores Algora ha puesto de manifiesto en su intervención que “las tierras raras representan un valor geopolítico internacional en cuanto al liderazgo mundial” y ha advertido que el monopolio de estos minerales estratégicos que tiene China “tenderá a desequilibrar el comercio internacional en el futuro”. Además, ha asegurado que “las tierras raras son una necesidad crítica para España y tienen un importante papel en la defensa nacional, por lo que el Gobierno español debe abordar este asunto con mucho interés”.
Las tierras raras, que son 17 elementos químicos de la tabla periódica (como el escandio, el itrio o el lantano), se concentran sobre todo en China, que es también el principal productor, seguido de Estados Unidos,
país que compra casi todos estos minerales a las autoridades chinas, pues sólo posee el 1% de las reservas mundiales.
Dolores Algora indicó en su ponencia que “desde comienzos del siglo XXI la sociedad internacional vive un proceso de revolución tecnológica y los llamados minerales estratégicos crean tensiones entre grandes potencias, pues muchos de ellos son piezas claves en la defensa de los intereses nacionales e internacionales. Estos minerales tienen una trascendencia geopolítica muy importante, ya que son fundamentales en la transición energética, la digitalización tecnológica y el desarrollo militar y aeroespacial”. En este sentido, la experta detalló la tensión que se vive desde hace años entre Estados Unidos y China por esta cuestión.
La investigadora insistió en que “las tierras raras tienen una gran importancia geopolítica y geoestratégica, y si se careciese de ellas habría un retroceso en las actividades de nuestra vida cotidiana. Las tierras raras son muy abundantes en muchos lugares de nuestra corteza terrestre, pero su extracción y procesamiento son complicados”.
En el caso de España, Dolores Algora señaló que España tiene “importantes yacimientos” de minerales estratégicos. Citó que en Orense hay coltán, que se utiliza sobre todo en la fabricación de teléfonos móviles, y que en Cáceres hay reservas de litio, material indispensable para las baterías recargables como las que emplean los coches eléctricos. También destacó que en Ciudad Real, exactamente en la zona del Campo de Montiel, hay yacimientos de tierras raras, entre ellos de monacita, un elemento muy escaso en el mundo que se usa, entre otras cosas, para elaborar dispositivos eléctricos y electrónicos.
Así mismo, la investigadora mencionó las reservas de telurio (se emplea en la industria electrónica) que existen en los fondos marinos de las Islas Canarias, que “han creado una tensión importante con Marruecos y con la situación del Sáhara Occidental, pues las autoridades marroquíes quieren expandir allí su zona de exclusividad económica”.
Dolores Algora se refirió también a los yacimientos de fosfatos de Marruecos, que representan el 70 por ciento de la producción mundial. “El protectorado español en el Sáhara ya empezó a explotar los fosfatos, pero ahora están en manos de Marruecos, lo que ha provocado las protestas del Frente Polisario. Es algo que también afecta a España”, dijo la investigadora.