Durante su toma de posesión, José Antonio Galdón, nuevo presidente del Instituto de Graduados en Ingeniería e Ingenieros Técnicos de España (INGITE) y presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España (COGITI), pronunció un discurso en el que no faltaron objetivos, iniciativas y también reivindicaciones e inquietudes, que marcaban la hoja de ruta para los próximos cuatro años. En este sentido, señaló que “tenemos ante nosotros un importante reto que de antemano sabemos no estará exento de dificultades, pero para ello contamos con la fórmula secreta del INGITE, y me refiero a lo más importante, al capital humano, a los cientos de miles de profesionales que día a día desarrollan su profesión en las empresas, administraciones e Ingenierías de nuestro país, que son desde ya el motor y el desvelo de todas nuestras actuaciones”.
Añadió que “hay que apostar decididamente por un modelo competitivo y riguroso, basado en las competencias individuales de cada uno de los profesionales, y con base no solo en la titulación académica, sino en los conocimientos adquiridos a lo largo de la vida a través de la experiencia profesional y la formación continua. Estos son los que funcionan en Europa y en el resto del mundo y que como no podía ser de otra forma, ya se está coordinando además desde Unión Profesional, que junto con otras corporaciones hemos puesto en marcha el modelo DPC (Desarrollo Profesional Continuo)”.
También resaltó la importancia del respaldo obtenido por el Parlamento Europeo para impulsar la Tarjeta Profesional Europea y los principios comunes de formación para ingenieros. “Es sin duda un hito importante sobre el que tendremos que seguir trabajando”, aseguró.
Por último, resaltar de su discurso, la referencia a la preocupación que el INGITE ha mantenido en los últimos años ante el desajuste surgido en la evolución de las titulaciones académicas a raíz de la reforma de Bolonia, y la inercia que desde el siglo XIX sigue imperando en las profesiones de Ingeniería en España. “La sociedad del siglo XXI no necesita Ingenieros Superiores ni Ingenieros Inferiores, necesita más y mejores Ingenieros, que brillen por su capacidad de adaptación y su versatilidad, y respondan a las exigencias innovadoras y transformadoras del tejido productivo”.