Las navidades están cambiando y también la forma de sorprender a los seres queridos. Cada vez son más las personas que prefieren regalar experiencias antes que objetos materiales, un cambio que se ha hecho especialmente visible en los últimos años. Es lo que se conoce como "regalo experiencial", impulsado por la búsqueda de momentos que aporten recuerdos y emociones, en lugar de detalles que pierden protagonismo con el tiempo. Cada vez más consumidores apuestan por planes que puedan disfrutar en compañía y que aporten algo distinto, una elección que se afianza cada Navidad a medida que el tiempo compartido cobra más importancia.
El auge de las experiencias como regalo responde también a un cambio social: muchos consumidores prefieren invertir en tiempo de calidad y momentos compartidos, lo que explica por qué las vivencias ganan terreno frente a los objetos en Navidad.
De hecho, según el estudio paneuropeo de Mastercard sobre las intenciones de consumo, "La economía de las experiencias 2025", casi la mitad de los españoles (49 %) reconoce que prefiere regalar experiencias antes que productos físicos, una tendencia que se vincula además con la búsqueda de regalos más originales y significativos. El gasto medio por hogar en regalos navideños se sitúa en torno a los 500 €, y un 86 % de los españoles celebra la Navidad comprando regalos para varias personas, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Los datos muestran que los consumidores están dispuestos a invertir en experiencias que generen recuerdos duraderos, como viajes, entradas a conciertos, talleres o actividades de ocio innovadoras.
El ocio inmersivo coge fuerzas
En este contexto, el ocio inmersivo se consolida como una de las opciones más originales para estas fiestas. No es solo un detalle: es una experiencia que se vive en primera persona. Quien la recibe puede adentrarse en mundos fantásticos, superar retos, participar en juegos colectivos o enfrentarse a situaciones difíciles de imaginar en la vida real, convirtiendo el regalo en una aventura única.
Comparado con otros regalos de entretenimiento habituales —como entradas de cine, de teatro o a parques temáticos—, las experiencias de nueva generación ofrecen un valor añadido que va mucho más allá del entretenimiento puntual. También frente a detalles tecnológicos más comunes —auriculares, relojes inteligentes o pequeños gadgets—, ya que este tipo de propuestas destaca por su capacidad para involucrar al usuario, generar emociones intensas y crear recuerdos compartidos. Su carácter participativo y el alto grado de personalización explican por qué este formato está ganando protagonismo frente a opciones más tradicionales.
Dentro de este auge, la realidad virtual se ha convertido en una de las alternativas más potentes. Su capacidad para transportar al usuario a entornos totalmente nuevos y permitirle interactuar con ellos en tiempo real la sitúa entre las experiencias más completas y sorprendentes. Por ello, se ha consolidado como una opción cada vez más valorada a la hora de elegir algo diferente.
Un ejemplo es Virtual Zone, el centro de realidad virtual líder en España, cuyas experiencias de movimiento libre y multijugador permiten vivir aventuras inmersivas que combinan tecnología de vanguardia, narrativa y diversión, ofreciendo desde misiones futuristas hasta mundos fantásticos, retos cooperativos e incluso planes temáticos, como la llegada a la Luna o el hundimiento del Titanic.
"Regalar realidad virtual no es solo dar un regalo, es regalar una experiencia que se recuerda para siempre. En Virtual Zone queremos que cada persona viva aventuras únicas, se divierta y comparta momentos inolvidables con quienes más quiere. En estas navidades la tecnología se convierte en emoción pura", afirma Enric Costa, fundador de Virtual Zone.
Tendencias de ocio inmersivo para 2026
El sector del ocio inmersivo sigue en expansión y se espera que en 2026 crezca aún más la demanda de experiencias virtuales y de realidad aumentada. Cada vez más centros y plataformas incorporan modalidades multijugador, experiencias educativas y simulaciones personalizadas que combinan entretenimiento con aprendizaje y bienestar.
Esto apunta a un futuro en el que regalar experiencias tecnológicas será tan habitual como regalar productos tradicionales, consolidando la realidad virtual como una alternativa de ocio.