La firma digital entra en 2026 en su mayor fase de crecimiento y consolidación, impulsada por el trabajo híbrido, la regulación europea y la automatización inteligente de procesos, comparable al correo electrónico o a los sistemas de gestión corporativa. El mercado global avanza hacia una cifra situada entre 50.000 y 70.000 millones de dólares en 2030, con crecimientos anuales del 30%.
Las organizaciones ya no buscan solo firmar, sino transformar de extremo a extremo el ciclo del documento, integrarlo con sus sistemas de negocio, garantizar la trazabilidad y contar con modelos de despliegue flexibles.
"La firma digital se ha convertido en un pilar de la transformación digital, no solo para las empresas, sino para toda la sociedad. Integrar nuevas tecnologías y modelos de confianza nos permite avanzar hacia un entorno digital más seguro, eficiente y plenamente interoperable", señala Rocío Casanova, directora de SealSign, solución de firma digital de Factum.
Este avance se acelera gracias al nuevo marco normativo europeo, con eIDAS2 y la futura Cartera de Identidad Digital Europea, y a una evolución tecnológica marcada por la biometría, la IA y el blockchain. Tomando como base este escenario, los expertos de SealSign han identificado las 6 grandes tendencias que marcarán en 2026 la firma electrónica:
Liderazgo de España en adopción de firma digital corporativa. España es uno de los mercados más avanzados en Europa en uso de firma digital, con alrededor del 83% de las empresas utilizándola de manera habitual, especialmente en sectores como finanzas, legal, administración pública y salud, entre otros. Esta alta penetración ha hecho que la firma electrónica sea una infraestructura esencial del negocio y sostiene previsiones de crecimiento cercanas al 30% anual, impulsado por el propio tejido empresarial español.
Impulso del EUDI Wallet y del nuevo DNI digital europeo. Con la entrada en vigor de eIDAS2, los países de la UE deberán ofrecer una Cartera Europea de Identidad Digital antes de finales de 2026. España avanza ya con el nuevo DNI digital europeo y proyectos piloto del EUDI Wallet, como los realizados en Benidorm. La convergencia entre wallet y DNI electrónico reforzará la estandarización de la identificación y la firma en servicios públicos y privados.
Administración pública como motor de la firma electrónica cualificada. España figura entre los países de la UE más avanzados en servicios públicos digitales, con un 80% de los ciudadanos usando la Administración electrónica. Plataformas como @firma, Cl@ve o la Carpeta Ciudadana han consolidado la firma digital como canal habitual en los trámites públicos. Además, la actualización del marco TIC y las políticas de certificados de la AGE están impulsando el uso de firmas avanzadas, cualificadas y sellos electrónicos en procesos masivos.
Sector financiero y seguros como punta de lanza del crecimiento. Estas industrias concentran cerca del 28% del mercado global de firma digital y en España actúan como principal motor de adopción. La regulación (KYC/AML, DORA, PSD2) y la necesidad de onboarding totalmente digital están impulsando a bancos, fintech y aseguradoras a usar firma avanzada y cualificada en todo el ciclo de vida del cliente. La firma digital y los certificados son ya esenciales en su operativa diaria y seguirán liderando el crecimiento del mercado en los próximos años.
Automatización e inteligencia artificial en los flujos de firma. España supera la media europea en uso de IA, lo que acelera su integración en los procesos de firma. La IA ya permite reforzar la verificación de identidad, detectar fraude y automatizar tareas como el análisis de contratos o la orquestación de flujos end-to-end. En 2026, se generalizarán los "agentes inteligentes" que preparan documentos, eligen el nivel de firma adecuado y generan evidencias y reportes de cumplimiento de forma automática.
Experiencia "mobile-first" y biometría como estándar de usuario. Con una alta penetración de internet y 5G, España está muy preparada para modelos de firma digital "mobile-first". Las empresas ya adoptan experiencias basadas en el móvil que combinan OTP, biometría y reconocimiento facial para ofrecer procesos seguros y fluidos, especialmente en sectores B2C. Además, crece el uso de notificaciones electrónicas fehacientes que sustituyen al burofax y la carta certificada.
2030, firma integrada, automática y sin fricciones
De cara a 2030, desde SealSign prevén una "firma invisible", integrada en apps y wallets, orquestada por agentes de IA y apoyada en identidad digital unificada. La seguridad post-cuántica y los registros inmutables marcarán un nuevo estándar, mientras los servicios de confianza (firma, sello electrónico, notificación, archivado y certificación) convergerán en plataformas modulares y altamente interoperables. "En 2030 la firma dejará de ser un acto consciente para convertirse en un proceso automático e invisible dentro de la experiencia digital", concluye Casanova.