Las pymes representan más del 99 % del tejido productivo español y su capacidad operativa depende cada vez más de sistemas digitales.
El aumento del coste de ciberataques se debe a que estos son más complejos, las empresas más dependientes y las normas más exigentes.
España, 11 diciembre de 2025 - La ciberseguridad se ha convertido en uno de los principales desafíos para las empresas a nivel mundial. En el año 2024, se gestionaron 97.348 incidentes, un 16,6 % más que en 2023, según los últimos datos del INCIBE.
De estos incidentes, más de 31.500 afectaron a empresas, cifra en las que se incluyen a miles de pymes españolas. Los ciberataques a estas organizaciones no solo siguen siendo frecuentes, recuperarse de estos incidentes es cada vez más caro para las pymes.
"El incremento del coste de un ciberataque se ha acelerado en los últimos años debido a la mayor complejidad técnica de los ataques, la dependencia digital del negocio y las crecientes exigencias regulatorias que afectan a cualquier organización, independientemente de su tamaño", explica Francisco Valencia, director general de Secure&IT.
El fraude digital: el principal problema
El 89 % de los ciberdelitos registrados en España son fraudes informáticos, y muchos de ellos están dirigidos a empresas, según el último Informe de Cibercriminalidad del Ministerio del Interior. Así, el fraude digital se ha convertido en uno de los principales problemas de los ciberataques que ocurren en nuestro país.
"El incremento de la sofisticación de los ataques y la presión regulatoria han elevado el impacto real de los incidentes, especialmente en sectores que dependen de sistemas críticos para su actividad diaria. La combinación de estos factores está haciendo que estos ataques sean más efectivos, costosos y disruptivos para las organizaciones", asegura Francisco Valencia.
Este aumento de la gravedad delictiva golpea con fuerza a las pequeñas y medianas empresas, que representan más del 99 % del tejido productivo español y cuya capacidad operativa depende cada vez más de sistemas digitales.
"La pyme española está más informatizada que nunca, pero también es más vulnerable", indican desde Secure&IT. "Una parada del ERP, un fraude por suplantación, un ataque de ransomware o la caída de un servicio, puede suponer días sin facturar, pérdida de clientes y posibles sanciones. Y ese coste no deja de crecer", explican.
¿Por qué los ciberataques suponen un mayor coste para las empresas?
El incremento del coste de un ciberataque responde a varios factores acumulados. Por un lado, la mayor sofisticación de los ataques, que combinan ingeniería social, secuestro de equipos, robo de credenciales y exfiltración de datos. Por otro, la dependencia digital, cualquier interrupción impacta en procesos esenciales como ventas, facturación, atención al cliente o cadena de suministro. A esto se suman las nuevas obligaciones regulatorias como NIS2, DORA, ENS o CRA, que exigen notificar incidentes, demostrar diligencia y mantener medidas de seguridad adecuadas.
En este contexto, el director general de Secure&IT introduce algunas claves para entender la magnitud del problema: "Si analizamos la evolución de los últimos años, los principales estudios internacionales muestran que el coste medio de un incidente ha aumentado desde 2020, superando ya el 25 % de incremento a nivel global. Actualmente, recuperarse de un ataque es mucho más caro que hace 5 años porque, aunque la empresa no haya crecido, los ataques son más complejos y exigen más trabajo técnico, legal y organizativo".
Todo ello sitúa a las pymes en una posición de especial fragilidad, ya que la mayoría reconoce que no cuenta con un plan formal de respuesta a incidentes, según estudios europeos. Así, la mayor parte de estas pequeñas y medianas empresas dependen de un único backup o carecen de visibilidad sobre los accesos y dispositivos conectados a su red. La falta de prácticas básicas como copias de seguridad, autenticación robusta, monitorización continua o revisiones periódicas de proveedores, sigue siendo uno de los principales puntos débiles.
"La pyme sigue siendo uno de los objetivos prioritarios del cibercrimen, no por su tamaño, sino por su exposición y, en muchos casos, por su limitada capacidad defensiva. Por ello, el coste de un ataque seguirá aumentando mientras las necesidades del negocio crezcan más rápido que la adopción de medidas preventivas", concluye Francisco Valencia.