Expertos del Ministerio de Exteriores señalan el valor económico del español y e invitan a buscar alianzas para el desarrollo de acciones que faciliten la presencia de las empresas en el mundo.
La consejera de Cultura y Deporte de Andalucía, Patricia del Pozo, y la directora General del libro, el cómic y la lectura del Ministerio de Cultura, María José Gálvez, coinciden en destacar el poder transformador de la lectura.
El español, lengua que hablan alrededor de 600 millones de personas en el mundo, ofrece grandes posibilidades para la internacionalización del negocio editorial español. En el año 2024, las exportaciones de las editoriales de nuestro país ascendieron a 361,31 millones de euros, cifras que no recogen los ingresos de las más de 100 filiales de estas empresas más allá de nuestras fronteras. Estas cifras muestran que el sector del libro ha mostrado una vocación constante por extender su buen momento en el resto del mundo. Cómo aprovechar mejor las oportunidades que ofrece nuestro idioma y cuáles son los retos y desafíos que deben afrontar aquellas editoriales que deciden emprender un camino al exterior que ha sido objeto de debate en el Encuentro de la Edición 2025 que se está celebrando en Jerez de la Frontera.
Como explicó Francisco Moreno, director del Observatorio Global del Español del Instituto Cervantes, “la suma del PIB de los países hispanohablantes alcanzó el 9 % en el último año y se prevé que se incremente al 9,9 % al final de la década”. Esto ofrece una oportunidad de crecimiento que las industrias culturales, y entre ellas las del libro, pueden aprovechar a pesar del desafío actual que supone políticas lingüísticas como las de Trump en Estados Unidos, “país en el que hay 42 millones de personas que hablan el español en el hogar”. Eva Pulido, directora de Industrias Creativas del ICEX, apuntó, además, que existen datos que señalan que el español puede generar valor comercial. “Más de 600.000 estudiantes extranjeros estudian en España y la música en español genera 2.000 millones de euros. Existe un mercado que se pueda aprovechar y para ello, el ICEX cuenta con ayudas que el sector del libro puede aprovechar”. Guillermo Escribano, director general del Español en el Mundo del Ministerio de Asuntos Exteriores, añadió un elemento adicional “los países hispanohablantes de la OCDE están creando grupos de trabajo para conseguir que se reconozca el valor del español en todos los ámbitos profesionales. Algo que ya está ocurriendo en el ámbito del arbitraje legal. Este es un ejemplo de lo que se puede avanzar en todos los ámbitos”. Escribano incidió en la importancia de que los editores busquen forjar alianzas con los organismos del Ministerio de Exteriores para impulsar “que el libro pueda estar también en las conversaciones bilaterales entre países para que puedan salvarse los obstáculos que puedan producirse” o que participen en cuestiones como “los programas educativos en el exterior para que los docentes de países en desarrollo puedan disponer de manuales contextualizados”.
El poder transformador de la lectura
En el cierre del Encuentro de la Edición han participado la consejera de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, y la directora general del Libro, el Cómic y la Lectura, María José Gálvez. La consejera andaluza destacó la mejora que se ha producido en la región en los índices que reflejan los estudios de la FGEE En este sentido, apuntó la importancia de acciones como el desarrollo de la red de bibliotecas o la puesta en marcha de los clubes de lectura que definió como “espacios revolucionarios”, parafraseando a la escritora Lola López Mondéjar.
Respecto a la internacionalización, la consejera confirmó que seguirá trabajando tanto para las ayudas para asistencia a las ferias internacionales, entre ellas LIBER, como en las ayudas a la edición que se recuperaron, tras diez años, en 2024 “y se volverán a otorgar en 2026”.
Por su parte, la directora general del Libro, el Cómic y la Lectura, María José Gálvez, también destacó el poder de la lectura y quiso destacar que no se puede “disociar lectura y democracia- La promoción de los libros y la lectura facilitan el ejercicio de otros derechos. Gracias a la lectura podemos ejercer otros derechos como el derecho a la educación, el derecho a la información, el fortalecimiento de la participación ciudadana y el derecho al acceso a la cultura”. En este sentido, señaló que hay que crear las condiciones “para que los ciudadanos sepan leer, puedan leer, facilitando las condiciones para que lo puedan hacer”. En este punto destacó la importancia de la labor editorial en todo el proceso. “Lo primero es contar con los libros para leer. Luego, los poderes públicos tenemos que garantizar que los ciudadanos puedan acceder a ellos y, para ello, debemos asegurar la existencia de una red de bibliotecas dotadas con los libros para que cualquier ciudadano, con independencia de su condición económica o su ubicación en el territorio puedan tener a su disposición los libros”.