El tratamiento con radioterapia, tradicionalmente asociado al cáncer, está demostrando su capacidad para abordar otros retos médicos como el dolor crónico. Para profundizar en este tema, se conversa con el Dr. Rodrigo García- Alejo, oncólogo radioterápico, experto en técnicas avanzadas de radioterapia y director del Instituto de Técnicas Avanzadas contra el Cáncer (iTAcC) en Madrid. El doctor explica cómo esta tecnología está transformando la vida de pacientes más allá de la oncología.
Dr. García-Alejo, ¿qué es lo que hace que la radioterapia sea una herramienta útil para tratar el dolor crónico?
Tradicionalmente, asociamos la radioterapia con el tratamiento del cáncer, pero su capacidad va mucho más allá. En el contexto del dolor crónico, utilizamos dosis muy bajas de radiación que tienen un efecto antiinflamatorio y analgésico. Este enfoque permite reducir la inflamación en tejidos dañados y aliviar el dolor, sin necesidad de recurrir a medicamentos o tratamientos invasivos.
Por ejemplo, en patologías como la fascitis plantar, la artrosis o ciertas enfermedades inflamatorias crónicas, hemos visto resultados muy prometedores, especialmente en pacientes que no responden bien a los tratamientos convencionales.
¿Es este tratamiento seguro para tratar el dolor crónico?
La seguridad es una de las grandes ventajas de este enfoque. Como comentaba antes, las dosis que utilizamos para tratar el dolor crónico son mucho menores que las empleadas en oncología, lo que minimiza significativamente el riesgo de efectos secundarios. Además, los tratamientos son ambulatorios, no invasivos y muy breves.
En términos prácticos, esto significa que los pacientes pueden volver a su vida normal inmediatamente después del tratamiento. Es una alternativa muy cómoda y segura, especialmente para quienes tienen contraindicaciones a medicamentos como los antiinflamatorios.
¿Cuál es el perfil de pacientes que puede beneficiarse de esta técnica?
El tratamiento del dolor con radioterapia, está indicado principalmente para personas que no han encontrado alivio con terapias convencionales o que tienen limitaciones para utilizar otros tratamientos, como analgésicos o procedimientos invasivos. Hemos tratado a pacientes con artrosis avanzada, tendinitis crónicas e incluso lesiones como la fascitis plantar, obteniendo mejoras significativas en su calidad de vida.
Cabe destacar que este tratamiento no es exclusivo para personas mayores; también es útil para adultos más jóvenes que sufren patologías inflamatorias resistentes al tratamiento habitual.
España parece estar en una etapa inicial respecto a este tipo de uso. ¿Qué hace falta para que se popularice más?
En otros países europeos, como Alemania, o en el Reino Unido, la radioterapia para patologías benignas lleva décadas en uso. En España, todavía hay un camino por recorrer en cuanto a la difusión de este enfoque. Es fundamental que las Unidades del Dolor, los traumatólogos y los médicos rehabilitadores conozcan esta opción y trabajemos juntos en equipos multidisciplinares para integrarla en el manejo del dolor crónico.
Otro aspecto clave es sensibilizar a los pacientes y a la sociedad en general sobre los beneficios de esta técnica, desmitificando la idea de que la radioterapia solo sirve para tratar el cáncer.
¿Qué le diría a un paciente que esté considerando este tratamiento para el dolor crónico?
Les diría que la radioterapia es una opción segura, eficaz y respaldada por evidencia científica. Si están buscando alternativas al tratamiento farmacológico o no han obtenido resultados satisfactorios con otros métodos, esta puede ser una excelente opción. Además, el tratamiento se adapta a las necesidades específicas de cada paciente, garantizando un enfoque personalizado.
En el iTAcC hay un compromiso para ofrecer tratamientos de vanguardia, y se cree que esta técnica tiene el potencial de mejorar significativamente la calidad de vida de muchas personas.