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El working capital en la valoración de empresas

A la hora de proceder a la valoración de una empresa, se tienen en cuenta varias magnitudes. Algunas de estas son muy conocidas, como el EBITDA y otras quizás menos, como el coste de capital. Otra de las variables que se utilizan cuando se emplea el método del descuento de flujos de caja (DCF), es el conocido como Working Capital o capital circulante o fondo de maniobra en español.

Daniel Borrachero Tamame, economista de GRUPO CARRILLO, explica con todo lujo de detalle este tema.

Working Capital Contable vs. Working Capital Financiero

El fondo de maniobra es un concepto quizás más tratado comúnmente. Pero el que es conocido es el llamado fondo de maniobra contable, que no dejan de ser los recursos disponibles a corto plazo (aritméticamente la diferencia entre activo corriente y pasivo corriente). En el campo de la valoración de empresas, el fondo de maniobra o working capital que se utiliza es el financiero. La diferencia fundamental es que este último no incluye todas las partidas del activo y pasivo corriente. Lo más destacado es que no abarca ni la tesorería ni las deudas a corto plazo de carácter financiero con entidades ancarias y similares.

Como influye el Working Capital en los flujos generados

Que el working capital de un negocio sea alto o bajo, no tiene nada de malo o de bueno per sé. Hay sectores que son más prolíficos en tener working capital negativos, como los conocidos de las grandes superficies o supermercados, como Mercadona o Día, que no tienen facturas pendientes de cobro al cobrar al contado y financian parcialmente con sus proveedores y acreedores. A la hora de valorar una empresa, lo que influirá en los flujos generados y por extensión en el valor, no será el importe del working capital, o si es positivo o negativo, sino si este está previsto que suba o baje en las previsiones.

Se muestran algunos ejemplos:

Si una empresa necesita o está previsto que vaya a tener más inventario o vaya a aumentar sus cuentas por cobrar, ya sea por aumento de actividad o por cualquier circunstancia, estará aumentando más working capital, lo cual reduce el flujo de caja libre disponible.

Por el contrario, si la empresa logra aumentar sus cuentas por pagar (más financiación espontánea) o tener menos inventario, estaría disminuyendo working capital y aumentando su capacidad de generación de flujo de caja libre.

Hay que tener en cuenta que, si una empresa vende diez y las cobra, y se gasta seis, pero de esos seis aplaza el pago de dos al ejercicio siguiente, en ese ejercicio habrá generado seis, no cuatro, aunque su hipotética cuenta de resultados indique un beneficio de cuatro. Pero en el ejercicio siguiente, si todo sigue igual que en el ejercicio anterior, pagaría los cuatro de ese ejercicio, los dos pendientes del anterior y dejaría otros dos para el siguiente, con lo que generaría cuatro. Lo significativo de cara a los flujos y a la valoración, sería ver en qué sentido cambiaría eso en las previsiones de futuro.

En resumen

Invertir más en mercancías para tener en el almacén, aumentar el importe de las facturas y partidas pendientes de cobro (y, por tanto, estar financiando a los clientes) o reducir las facturas o partidas pendientes de pago con acreedores y proveedores, aumentará el fondo de maniobra financiero de la empresa.

Reducir el inventario de productos de la empresa en almacén, cobrar más rápido de los clientes y, por tanto, reducir el importe de las partidas por cobrar, o aumentar la financiación gratuita que nos dan los proveedores y acreedores, subiendo los plazos de pago, disminuirá el fondo de maniobra financiero de la empresa.

Por tanto, si se piensa en vender una empresa, estará bien tener una buena cuenta de resultados, pero merece la pena también estudiar hacia donde van las partidas de activo y pasivo corriente.

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