La Fundación Casaverde ha elaborado el Decálogo del Cerebro Sano para conmemorar el 22 de julio el Día Mundial del Cerebro y así crear conciencia sobre su importancia, sus riesgos y enfermedades. Alejandro Acosta, médico especialista en Neurología de la institución, destaca los siguientes aspectos y desarrollo los 10 elementos clave para un cerebro sano.
"Con frecuencia reparamos en nuestro cuerpo sólo cuando notamos que algo no anda bien. Nos olvidamos de que cada decisión del momento determina cuánto y cómo viviremos. Conviene recordar que nuestro cerebro es el fundamento de nuestro ser, ya que sin él no hay movimiento, pensamientos, emociones nirecuerdos; que es el núcleo de lo que nos hace humanos,y queno podemos vivir en plenitud sin mantenerlo en buenas condiciones.
Es por ello que presentamos estos 10 hábitos, con los que te asegurarás fortalecer tu salud cerebral, maximizando tu potencial mental, reduciendo el riesgo de enfermedades degenerativas o de riego cerebral, y prolongando el máximo de años posibles tu autonomía, tu bienestar y calidad de vida".
Practica ejercicio físico regularmente, al menos dos horas y media cada semana. Correr, nadar, montar bicicleta, e incluso caminar rápido puede ser suficiente, la clave está en que la intensidad sea al menos moderada, lo cual quiere decir que al realizarlo puedes hablar, pero no cantar.
Mantén una dieta equilibrada, tipo mediterránea, con abundantes vegetales y frutas de todos los colores del arco iris, donde los alimentos se consuman en un formato lo más natural posible, lo más cercano que se pueda a como fueron creados por la naturaleza.
Nunca dejes de aprender: incorpora nuevos conocimientos, conceptos, habilidades, en todas las etapas de tu vida. Estimula tu mente con juegos y ejercicios simples. Tu cerebro es como un músculo, si no lo ejercitas se va atrofiando.
Socializa frecuentemente: nunca te aísles, necesitamos contacto humano, sentirnos parte de una comunidad, compartir ideas y sentimientos, sentirnos escuchados y comprendidos, escuchar y comprender a los demás.
Gestiona tus emociones: mantente en contacto con tu mundo interior, conócete a ti mismo, desarrolla herramientas para comprender tus estados de ánimo y poder modularlos. Prácticas como la meditación, las técnicas de relajación, el yoga, el compartir aspectos esenciales con tus seres queridos, pueden marcar la diferencia. Si tu estado emocional te está impidiendo funcionar con normalidad, pide ayuda, encontrarás grandes soluciones una vez que te abras a recibirlas.
Respeta tu sueño y aprende a relajarte: prioriza obtener al menos 7 a 8 horas de sueño de calidad cada noche. Intenta irte a la cama y levantarte a la misma hora cada día, mantén un ambiente de adecuado silencio, oscuridad y temperatura agradable en tu habitación. Evita el uso de dispositivos móviles, las comidas copiosas o el exceso de líquidos en las últimas dos horas antes de dormir. Regálate como mínimo unos 5 a 10 minutos al día para la relajación y el descanso, para frenar el ritmo frenético con el que vivimos, para reparar en lo importante y recargar energías positivas.
No fumes, no tomes alcohol excepto ocasionalmente y en poca cantidad, no tomes otras drogas. Todas estas sustancias se asocian a pérdida de neuronas, a empobrecimiento del riego cerebral, al aumento de riesgo de ictus y de deterioro cognitivo.
Controla tu presión arterial: conforme más edad tenemos mayor es el riesgo de que aparezca la hipertensión arterial, un factor negativo que influye en el deterioro general de la salud de todos los órganos, en especial de nuestro corazón y cerebro. Mide periódicamente tu presión arterial, y si observas que las cifras son elevadas, consulta inmediatamente con tu médico. Si padeces hipertensión, controla rigurosamente las cifras y cíñete a los objetivos de control que te sean marcados.
Cuida tu salud metabólica: el peso corporal, los niveles de glucemia (azúcar), de colesterol y triglicéridos, de vitaminas como la B12 y el Ácido Fólico, entre otros elementos, son determinantes de como funciona tu metabolismo, lo cual influye directamente en la salud de tus neuronas, y en el riesgo de que aparezcan problemas como el ictus u otras enfermedades cerebrales.
Evita traumatismos craneales: protégete con casco si el deporte que practicas lo requiere, evita riesgos innecesarios, conduce con precaución. Cuantos más golpes y más intensos sean, mayor es el riesgo de que tu cerebro sufra un daño que aumente la probabilidad de presentar enfermedades cerebrales más adelante en la vida.