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Comedia y cata de vinos; el maridaje ideal

El mundo del vino es fascinante, pero a veces se puede volver un tanto snob.

En algunas catas de vino el sommelier empieza a hablar de los taninos, la maceración carbónica y zzzzzz…

Esto no pasa en Wine Up Comedy: el primer monólogo de humor dedicado al mundo del vino con cata incluida.

Se habla con Sheila Lala (@sheilalalasheilalala) una madrileña apasionada del vino y la comedia que después de vivir en enclaves enológicos como Mendoza o Santiago de Chile, cuenta cómo creo este divertido formato que combina humor y comedia.

¿Qué es Wine Up Comedy?

Es una experiencia. Es un show de comedia y es una cata de vinos. Y, por qué no decirlo, es una fiesta. 

Mucha gente habla de Wine Up Comedy como algo que no se puede perder. ¿Es como el monólogo de Juan Dávila?

No he visto el monólogo de Juan Dávila aunque he visto lo que hace en instagram y me parece un gran showman. Mucha gente viene a mi espectáculo y me dice “Ya es la tercera vez que vengo” o “He venido porque mi prima vino al anterior y le encantó”. Hay algo en el boca a boca que es maravilloso. Por cierto, a Juan Dávila le conocí brevemente y me parece un crack. Me alegro mucho de su éxito.

¿Cómo se te ocurrió crear un espectáculo de vino?

Me gusta mucho el vino y me gusta mucho ir a catas. Un día en Buenos Aires fui a una cata y me di cuenta de que había salido de casa con una gran expectativa y al finalizar me había aburrido muchísimo. Soy una gran observadora de los eventos. Creo que cuando vas al teatro, a un concierto o a un festival empleas tiempo, dinero, arrastras a un grupo de personas… y me gusta que todo eso se vea recompensado. Creo que el vino es algo mágico, algo poético, algo lúdico. El vino es un gran disparador de historias; no podemos hablar del vino y quedarnos en la parte técnica. Entiendo que cuando vas a una bodega te cuenten sobre el proceso de elaboración... pero cuéntame también algo que me haga soñar, algo que me haga enamorarme.

¿Cómo ven las bodegas esta propuesta?

Para las bodegas mi show es una manera diferente de dar a conocer su portafolio de vinos al público. Y me gusta que la bodega participe activamente en el show. De hecho, yo llevo la parte cómica y lúdica del espectáculo, pero siempre invito a una persona de la bodega para que nos hable de cada uno de los vinos que estamos catando. Siempre viene el brand ambassador, el enólogo, el sommelier de la bodega… y es muy enriquecedor compartir el escenario con gente que sabe muchísimo de vino. 

¿Tú eres sommelier?

He estudiado mucho sobre vino. He hecho cursos en Madrid, en Buenos Aires, en Mendoza, entre otros. He ido a vendimiar, a sarmentar, a pisar la uva al lagar… No soy sommelier, pero creo que puedo recomendar bien si quieres tomar un vino ahora mismo.

¿Qué tipo de público va a Wine Up Comedy?

Vienen muchas parejas, viene gente de veinte años, viene gente de setenta, vienen muchos grupos a celebrar cumpleaños, vienen despedidas de solteras… La verdad es que tenemos público de todo tipo. Solo hay algo que les une a todos: que les gusta el vino. Y lo curioso es que mucha gente me decía “Si hubiese un show de cerveza, repetiría”. Así que muy pronto estrenaremos el monólogo de cerveza.

¿Qué es lo que más te gusta de Wine Up Comedy?

Que comunica el vino de forma diferente. Y que llegamos a un público joven, algo que, según me cuentan las bodegas, hoy está costando mucho esfuerzo. 

Dinos tres cómicos que no te puedes perder.

Me gusta mucho James Acaster, y a nivel nacional Joaquín Reyes y José Mota.

Dinos tres vinos que no te puedes perder.

Me gusta mucho el torrontés de Salta (Argentina) y a nivel nacional un buen godello o un buen tempranillo con barrica de la Ribera del Duero.

Dinos por qué la gente no se puede perder tu show.

Porque la gente sale más feliz de lo que entra (ja!). Y porque con tres vinos la vida se ve mucho mejor. 

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