Los autores Adela Schendel y Luis González presentan su primera novela, 'Aquel primer verano - Una experiencia alemana'. Abarca treinta años de la vida de la autora y comenta muchos aspectos de la vida en un país extranjero del que, para empezar, la autora llegó sin conocer el idioma. A partir de ahí comienza toda una aventura, relatada con todo detalle en sus 286 páginas
Un libro que conmueve, escrito desde el corazón y guiado por la conciencia. Está escrito de manera directa, sin tapujos, por momentos su lectura duele y por momentos es concordante con lo que una gran mayoría siente hacia esta sociedad actual, irremediablemente infeliz. Este libro no es solo una narración autobiográfica. Es también una denuncia descarnada hacia esta sociedad que "ha dejado de mirar a Dios y que sufre sus consecuencias". Son notables los sufrimientos vitales en la vida de la autora Adela. "De ellos brota este libro maravilloso, al igual que una perla majestuosa lo hace de la propia herida de la ostra" (Guillermo Jacquet Yeste).
El recorrido vivido en estos años en Berlín ha llevado a la autora a reflexionar sobre una pregunta que todo el mundo se plantea al menos una vez en la vida. Se la formulan todos los que han pasado por experiencias duras y situaciones límite. La pregunta es: "¿se puede vivir de espaldas a Dios o incluso contra Dios?" La respuesta de Adela es que "no se puede". "La cara oculta de la luna es la que tarde o temprano no podrá ocultarse. Las personas más pestilentes con quienes Adela tuvo la mala suerte de tropezarse no fueron las que la abordaron por la calle pidiendo un euro, vagabundos de tres al cuarto o gitanos. Fueron los que, tras una cuidadísima apariencia de impecable Armani y de esmerado pelo engominado, se mostraron tremendamente soberbios y pagados de sí mismos con ella. Personas, en suma, de quienes no cabe obtener un conocimiento útil en la vida. Todo ello, naturalmente, considerando las debidas excepciones: porque también hay personas que se han quemado de verdad las cejas para sacarse bien un doctorado, bien una plaza de profesor titular, bien una plaza de catedrático, pese a los requisitos de la presentación y los buenos contactos" (del Prólogo).