Grandes empresas de cultivos intensivos instaladas en el Altiplano riegan casi a diario con cubas los caminos para que no se "ensucien" las lechugas en los parajes del Ardal y el Carche.
Mientras tanto, los pequeños agricultores de secano no pueden hacer riegos de socorro para salvar olivos, viñas y almendros.
La Plataforma ha denunciado los hechos ante la CHS, Consejería y Ayuntamiento.
El mundo al revés es lo que ocurre en el Altiplano con el agua y los cultivos. Todas las políticas locales, regionales y estatales son un completo fiasco cuando hablamos de acuíferos sobreexplotados y cultivos intensivos en el Altiplano.
Como norma general y como venimos constatando año tras año, estas grandes empresas utilizan ingentes cantidades de agua para producir monocultivos de ciclo corto que, en gran parte de los casos, acaban abandonando y posteriormente destruyendo y eliminando, ya que en conjunto producen entre un 20% y un 40% más de lo que tienen contratado para asegurarse cumplir con las especificaciones de forma, tamaño y tiempos de sus clientes.
Este uso abusivo del regadío sobre acuíferos sobreexplotados ha sido denunciado y expuesto repetidamente por nuestra Plataforma durante los últimos seis años sin que las autoridades competentes en la materia, tanto de agua, agricultura y ordenación del territorio a nivel estatal, autonómico y municipal, hayan tomado ninguna medida real y efectiva que detenga este tipo de prácticas y conductas irracionales, dada la situación de nuestros acuíferos.
En este contexto, grandes empresas de cultivos intensivos están regando casi a diario caminos públicos en los parajes del Ardal y el Carche, en Jumilla. El objetivo es que no se ensucien las lechugas (o cualquier otro cultivo) del polvo de los caminos. El problema es que están regando con agua de acuíferos sobreexplotados cuyo uso autorizado es el regadío, no la limpieza o acondicionamiento de los caminos, por lo que presuntamente no tendrían ese uso autorizado por la Confederación, y menos para hacerlo en caminos públicos.
Mientras estas grandes empresas riegan los caminos una y otra vez para que no se levante el polvo, los pequeños agricultores de secano tienen que rogar a las instituciones que les autoricen riegos de socorro para que los olivos, los almendros y las viñas no se mueran. Curiosamente, los que menos gastan (porque en realidad no gastan nada) son los más perjudicados y los que más trabas tienen para sacar adelante sus cultivos y sus cosechas, cuando debería ser todo lo contrario.
Por este motivo, 'Salvemos el Arabí y Comarca' ha presentado denuncia ante la CHS, la Consejería de Agricultura y Agua de la Región de Murcia, y el Ayuntamiento de Jumilla, y ha solicitado la autorización urgente de los riegos de socorro para los cultivos de secano del Altiplano. Asimismo, ha solicitado que las políticas locales, regionales y estatales deberían eliminar las grandes superficies de monocultivos intensivos de regadío del Altiplano, y establecer un plan de ordenación de cultivos más resistentes a nuestro clima y mejor adaptados a nuestros recursos hídricos.
Hasta el año 2021, último dato disponible en la Consejería de Agricultura, los cultivos intensivos de hortícolas no han hecho más que crecer de forma acelerada en los últimos años, tanto en Yecla como en Jumilla, tal y como indica el total de hectáreas en el siguiente gráfico:
Elaboración propia a partir de los datos de superficie agraria de la CARM.
Esto ha provocado un aumento del consumo de agua de nuestros acuíferos año tras año, como era de esperar. Desde 2009, se gastan como mínimo 12 hectómetros cúbicos más de agua en el Altiplano, 6 más en Yecla y 6 más en Jumilla. Desde ese mismo año, los intensivos han pasado de gastar 3,5 hm³ al año, a gastar casi 18 hm³, tal y como se puede apreciar en los siguientes gráficos de elaboración propia a partir de los datos de consumo por cultivo, tanto en Yecla como en Jumilla:
¿A qué esperan los representantes públicos para tomar medidas? ¿A que no quede agua en nuestros acuíferos? ¿A que desaparezcan los cultivos tradicionales de secano? Porque una vez que se sequen, lo más probable es que nadie quiera volver a plantar en secano. Y sin árboles en secano, lo que nos espera es el desierto.
Plataforma Ciudadana Salvemos el Arabí y Comarca