"Se tiende a dejar en manos de la mujer el autocuidado del sistema reproductor, sin embargo, el hombre también puede seguir pautas beneficiosas en su día a día", Dr. Moisés de la Casa
El consumo de alcohol, tabaco y productos procesados, que se incrementa en verano, afectan a la calidad del semen y condicionan la fertilidad masculina
Las altas temperaturas pueden provocar la fragmentación del ADN de los espermatozoides
Recientes estudios han demostrado que la calidad seminal de los europeos, y de los españoles, se encuentra en descenso y se ha reducido en más de un 30% en los últimos 50 años1. Esto se manifiesta en que, según datos de las clínicas Ginefiv, aproximadamente entre el 40 y el 50% de los problemas de infertilidad en una pareja reside en el factor masculino. Y de ellos, el 90% están provocados por la incapacidad de producir espermatozoides con valores normales, es decir, por la baja calidad del semen.
Frente a esta realidad, el autocuidado del hombre es clave para intentar incrementar la calidad del semen y mejorar su fertilidad. Así, en palabras del Dr. Moisés de la Casa, embriólogo, "se tiende a dejar en manos de la mujer el autocuidado del sistema reproductor, pero en laboratorio vemos casos de hombres con problemas de fertilidad fácilmente evitables".
De forma general, el 60% de los casos de infertilidad masculina están relacionados con infecciones, enfermedades de carácter genético o alteraciones en el seminograma. Junto a estos desencadenantes, existen factores externos relacionados con el estilo de vida y con la alimentación que pueden afectar a la fertilidad de un paciente y sobre los que sí se puede actuar. "Tenemos evidencia de que el consumo de alcohol, tabaco y productos procesados afectan a la calidad del semen. Estos hábitos perjudiciales suelen aumentar en verano debido a las vacaciones y los planes estivales. La importancia de este periodo radica además en que las altas temperaturas también pueden perjudicar la salud reproductiva masculina", explica el experto de Ginefiv. En este sentido, añade, el calor excesivo en la zona testicular puede afectar a la fertilidad masculina al favorecer la fragmentación de ADN de los espermatozoides, un parámetro relacionado con la capacidad de fecundación del esperma y con un incremento en la tasa de abortos2.
Al contrario, mantener el cuerpo bien hidratado, sobre todo en épocas de calor en las que con la transpiración aumenta la pérdida de líquido, evitar sustancias perjudiciales como las ya mencionadas o la cafeína y la teína, y realizar actividad física regular para combatir el sobrepeso fomentan unos mejores niveles de fertilidad masculina. Así como evitar la exposición prolongada a radiaciones electromagnéticas, pesticidas y polución y disminuir, en la medida de lo posible, el estrés y realizar un correcto descanso nocturno.
El posible efecto perjudicial del ejercicio a alta intensidad
Aunque hay que destacar en todo momento el beneficio del ejercicio y de mantener una vida activa para la fertilidad, tanto masculina como femenina, "el deporte a alta intensidad sin descanso, y practicado de forma continua, puede perjudicar la calidad espermática", afirma el experto. El riesgo añadido, concluye, "es que puede ocurrir que se recurra a medicamentos que tienen efectos hormonales, como los anabolizantes o la testosterona, para amplificar el efecto del entrenamiento. Estas sustancias se relacionan con una reducción del recuento de espermatozoides e incluso pueden llegar a producir azoospermia.
Vitamina C y Zinc: nutrientes básicos a incorporar en la dieta masculina
Por último, la dieta es fundamental a la hora de potenciar la fertilidad de los hombres. Nutrientes como la vitamina C y el zinc han demostrado contribuir al proceso de formación de espermatozoides y, por lo tanto, mejorar la calidad del semen. El zinc se puede ingerir a través de la dieta en alimentos como carne de vaca, pescados, crustáceos, mariscos, cordero o germen de trigo tostado y miso. En el caso de los hombres que ya están intentando tener un hijo con su pareja, pueden recurrir, con el visto bueno de su médico de referencia, a suplementos alimenticios que, junto con estos nutrientes, incluyan calcio, selenio y ácidos grasos omega 3, todos ellos beneficios para la fertilidad.
Dado que el semen tiene un ciclo de formación de 70 a 90 días, es importante que estas medidas se lleven a cabo al menos en los tres meses previos al comienzo de la búsqueda del embarazo o del tratamiento de reproducción asistidas. Aún así, los expertos insisten en lo recomendable de seguir de forma continuada unos hábitos de vida saludables para potenciar la salud integral del organismo.