Mercado trasero ofrece varias iniciativas para que los consumidores y organizaciones se enfrenten al creciente aumento de la basura electrónica
Las últimas cifras sitúan la generación anual de e-waste en 53,6 millones de toneladas a nivel mundial y se espera que llegue a 74,7 toneladas para 2030
Con el auge en el uso de la tecnología en las últimas décadas, su desarrollo y producción masivas, la generación de desechos electrónicos, conocidos como e-waste, ha alcanzado niveles preocupantes. Según el Monitor Global de E-Waste, en 2019 se generó un récord de 53,6 millones de toneladas de e-waste a nivel mundial, y esta cifra continúa en aumento. Se proyecta, además, que la generación anual de e-waste llegue a 74,7 toneladas para 2030.
Esta tendencia exige un esfuerzo coordinado de todos los actores en la cadena de valor de la electrónica para poner remedio lo antes posible, y por eso el marketplace líder de productos reacondicionados, pone de manifiesto algunas iniciativas que pueden ayudar a la sociedad a combatir el problema del e-waste.
Reducir la producción de tecnología nueva: La forma más efectiva de combatir los desechos electrónicos es reducir la producción de nuevos dispositivos electrónicos. La sociedad tiene la posibilidad de hacer un uso más consciente de productos tecnológicos, al comprar sólo lo realmente necesario y considerar si los dispositivos existentes puedes ser reparados o actualizados antes de comprar uno nuevo. Por otro lado, existe la posibilidad de optar por la tecnología reacondicionada, la cual ha sido usada previamente, pero limpiada, revisada y restaurada a su estado original o a un estado de funcionamiento muy similar al de un producto nuevo por profesionales. Gracias a la venta de dispositivos reacondicionados a través de mercado trasero,en España, desde 2016 se han ahorrado 462.500kg de basura electrónica
Optar por el diseño ecológico: Bajo el concepto de la Responsabilidad Extendida del Productor (EPR), el cual trata de mejorar la gestión de residuos y contaminación de las empresas, los fabricantes deben diseñar productos teniendo en cuenta su longevidad, haciéndolos además modulares y fáciles de reparar.
El seguimiento y ampliación de estas regulaciones, como el derecho a reparar, son una solución a largo plazo, que prolonga la vida útil de los dispositivos y reduce la necesidad de reemplazos frecuentemente gracias a procesos de fabricación más sostenibles y que, además, reducen la carga de responsabilidad sobre los consumidores.
Promover la reutilización y la reparación: Tanto a nivel de concienciación y educación como a nivel de colaboración internacional, se deben fomentar entre los consumidores los servicios de reparación y reacondicionamiento, promover la donación y establecer políticas e iniciativas a favor de las diferentes opciones de reutilización para prolongar la vida útil de los dispositivos electrónicos. Talleres de reciclaje comunitarios, charlas de concienciación sobre el e-waste y plataformas para comprar productos electrónicos reacondicionados pueden ayudar a promover un comportamiento más sostenible.
Fomentar la innovación e investigación: El establecimiento y la operación adecuada de instalaciones certificadas de reciclaje electrónico y los nuevos avances hacia nuevas infraestructuras de gestión del e-waste, son tan solo algunas de las formas en las que el I+D ha colaborado en la lucha contra este problema global. Una correcta financiación de estos proyectos puede ayudar a avanzar enormemente la disminución del impacto medioambiental que provoca la tecnología.
Impulsar regulaciones y legislaciones: para combatir el e-waste es necesario la implementación de regulaciones y legislaciones estrictas que exijan una gestión adecuada de los desechos electrónicos y que definan claramente cada actor de la cadena de valor y su rol en la puesta en marcha de estas iniciativas.
Por ejemplo, legislar que tanto los productores, como fabricantes o importadores, se hagan responsables de la gestión al final de la vida útil de sus productos, o establecer regulaciones que incluyan requisitos para que los fabricantes utilicen materiales y procesos respetuosos con el medio ambiente. Actualmente se están discutiendo proyectos como el presentado por la Comisión Europea en 2022 sobre el Diseño ecológico para productos sostenibles (ESPR en sus siglas en inglés); el cual busca que todos los productos vendidos en el mercado de la UE sean más reparables, duraderos y reciclables.
“Los métodos incorrectos en la eliminación de residuos electrónicos, como arrojar dispositivos a vertederos, abandonarlos en la naturaleza, o incluso quemarlos, lo que genera una alta cantidad de toxinas dañinas, siguen estando presentes en el comportamiento general del consumidor. Para ayudar a solucionar el problema del e-waste, es fundamental que se hagan conocer las alternativas que ya existen, como el reacondicionado electrónico, y sobre todo, disminuir la producción de nueva tecnología. El teléfono más sostenible es el que ya tienes en tu bolsillo.” comenta Camille Richard.