Existen diferentes señales que muestran el envejecimiento del animal como la artrosis, los problemas cardíacos o los respiratorios, entre otros
Gracias a los avances en prevención, diagnóstico y tratamientos veterinarios, los perros tienen la oportunidad de contar con una mayor atención y cuidados en su día a día
Los progresos técnicos y la especialización veterinaria aumentan un 4% la esperanza de vida de los perros, que llegan a vivir 12 años cuando son de razas grandes y 15 o 18 años si se trata de razas pequeñas1
Con motivo del Día Mundial del Abuelo, que se celebra este miércoles, 26 de julio, AniCura recuerda la importancia de cuidar y prestar especial atención a los perros cuando entran en su etapa sénior. Se considera que, entre los 6 u 8 años, los perros comienzan esta nueva fase, en la que el animal experimenta ciertos cambios en su estado físico y su comportamiento.
"Algunos de los signos propios del envejecimiento en los perros son la artrosis, los problemas cardíacos y respiratorios, así como las enfermedades hormonales. Otros que pueden ir apareciendo son la sordera, pérdida progresiva de visión, mal aliento (halitosis), problemas para orinar o defecar, pérdida de apetito y de peso, presencia de bultos, cambios de la coloración del pelaje y cambios en el comportamiento. El animal puede comenzar a sufrir olvidos, desorientación, ansiedad y cambios en el sueño que puede indicar que nuestro perro padece de disfunción cognitiva", explica José Rial Cels, Practice Manager de Anicura Marina Baixa.
Gracias a los avances en prevención, diagnóstico y tratamientos veterinarios, los perros tienen la oportunidad de contar con una mayor atención y cuidados en su día a día, lo que mejora su calidad de vida. Según el informe sectorial de la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC), los progresos técnicos y la especialización veterinaria aumentan un 4% la esperanza de vida de los perros, que llegan a vivir 12 años cuando son de razas grandes y 15 o 18 años si se trata de razas pequeñas1.
"Llegados a estas edades es conveniente ir al veterinario para un chequeo más exhaustivo específico para perros sénior una vez al año. También es fundamental el cuidado de su salud emocional sobre todo si nuestro perro empieza a tener cambios de comportamiento propios de la edad avanzada. Aunque nuestro perro sénior no tenga ninguno de los signos descritos, hay que ir al menos una vez al año al veterinario para un examen médico y en el caso de detectar un problema será el veterinario quién recomiende más pruebas y revisiones más frecuentes", añade Rial.
Alimentación, salud bucodental y ejercicio en el cuidado de tu mascota sénior
Cada vez se da mayor importancia a cómo afecta la alimentación a la calidad de vida de los animales domésticos, teniendo en cuenta que el animal en cada etapa de su vida necesita unos nutrientes esenciales1. En este sentido, los cuidadores deben vigilar la cantidad de comida que se proporciona al animal, ya que es fundamental controlar su peso para evitar el sobrepeso, prestando atención a las necesidades individuales de cada raza. A medida que los perros van creciendo, su organismo comienza a cambiar y pueden empezar a sufrir distintas enfermedades que impliquen una nueva dieta en su día a día.
En esta nueva fase, el descuido y la falta de atención a la salud bucodental también pueden afectar a la salud y bienestar del perro. La limpieza dental es fundamental en su día a día, se aconseja acudir al veterinario una vez al año para que se revise la dentadura del perro con el fin de evitar posibles enfermedades que afecten a sus riñones o a su digestión, entre otras.
Asimismo, los expertos recomiendan el ejercicio físico del animal, pero teniendo en cuenta que no tiene la misma movilidad ni energía que tenía en los primeros años de su vida. "Debemos mantener los paseos diarios a los que está acostumbrado con algunas restricciones como pueden ser evitar exceso de saltos, uso de escaleras, carreras que puedan dañar las articulaciones, etc. Si estamos acostumbrados a largas caminatas, conviene realizar más descansos y, si observamos que nuestro perro se cansa o camina cada vez más lento, debemos acortar las caminatas y comentarlo a tu veterinario", concluye Rial.