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Las temperaturas de más de 40° ponen en riesgo el funcionamiento de los DC

Fibratel identifica el sobrecalentamiento de los equipos, el aumento de consumo de energía y los incendios como los principales riesgos a los que se expone un CPD durante las olas de calor

El calor es uno de los principales enemigos de los centros de datos. La infraestructura que lo forma necesita mantener una temperatura de entre 17 y 21 grados para garantizar su óptimo funcionamiento. De hecho, si supera los 25 grados se debe solucionar de forma inmediata para evitar que afecte a la instalación.

Este aumento se puede ver influenciado por agentes externos como una ola de calor, que podría subir notablemente la temperatura del data center. Concretamente el funcionamiento del DC comienza a verse afectado cuando se superan los 40 grados en el exterior, según advierten los expertos de fdata, unidad de data center de fibratel.

"Además del sobrecalentamiento de la infraestructura del centro de datos, las olas de calor veraniegas y, por tanto, las altas temperaturas, influyen de forma negativa en su funcionamiento debido a un mayor riesgo de incendios que pueden comprometer la instalación, así como un mayor consumo energético generalizado que se traduce en posibles cortes de luz", señala Ignacio Cereijo, Business Development Manager de fdata.

La segunda ola de calor del verano supera con creces los 40 grados en diversos municipios de la geografía española y, por eso, los expertos de fdata, unidad especializada en centros de datos de fibratel, han elaborado un listado con los potenciales riesgos a los que se expone un CPD cuando los termómetros rebasan temperaturas aconsejables para su buen funcionamiento.

Riesgos de los data center durante las olas de calor

El principal riesgo que supone el calor en las instalaciones del CPD es el sobrecalentamiento de los equipos que lo forman. Si esto ocurre afecta tanto a nivel físico como digital, ya que fallarán imposibilitando el funcionamiento en su totalidad o bien provocando una bajada del rendimiento y periodos de inactividad. Todo esto, en un fin último, se traduce en pérdidas a nivel económico y de datos, así como en una reducción de la credibilidad en las garantías que ofrece la empresa propietaria de la instalación.

Igualmente, las instalaciones, al necesitar de una mayor refrigeración de los equipos para hacer frente a las altas temperaturas, consumen más energía y recursos. Esto puede variar por factores como el diseño del CPD, el tipo de sistemas de refrigeración que tenga y la situación de la instalación. De hecho, este último aspecto es clave. Los expertos de fdata estiman que un clima suave en el exterior favorece al enfriamiento del CPD, con un ahorro térmico en este aspecto considerable, cerca del 50%. Por otro lado, también es común que al hacer más calor, se consuma más energía a nivel general, tanto individuos como empresas, lo que puede llevar a cortes de suministro. Esto supondría un fallo masivo de la instalación, sobre todo si no cuenta con un sistema de alimentación ininterrumpida o generadores.

Cabe destacar, además, que durante las olas de calor el riesgo de incendios es mucho más alto, por lo que también el peligro para estas infraestructuras es mayor.

Cómo puede afrontar un centros de datos una ola de calor

Los expertos de fdata proponen una serie de medidas y herramientas para impedir dentro de lo posible que el aumento de las temperaturas afecten al funcionamiento de los CPD:

Plan de acción. Es esencial contar con una planificación ante posibles desastres para reaccionar de la forma más rápida y eficiente. "Contar con un plan de acción frente a aumentos de temperatura en el CPD puede ayudar a reducir las consecuencias de forma notable. La respuesta será más organizada y eficaz y, por tanto, los efectos del calor en la infraestructura apenas serán perceptibles", asegura Ignacio Cereijo, Business Development Manager de fdata. Este debe contener puntos básicos como la evaluación de los riesgos, las respuestas ante diferentes escenarios y la formación del personal en esta materia. Igualmente, sería recomendable incluir ejemplos de la forma de actuar en cada caso concreto.

Monitoreo y análisis. Conocer en tiempo real el estado de cada uno de los componentes que forman parte del centro de datos es esencial para prevenir desastres. Así, si se observa un aumento anómalo en la temperatura de ciertos equipos, se podrán tomar las medidas necesarias para impedir que se convierta en un problema grave que perjudique el funcionamiento del CPD. Igualmente, el análisis del funcionamiento con datos históricos es clave para predecir posibles cambios bruscos de la temperatura y, por tanto, mejorar la gestión de esta problemática.

Diseño de la infraestructura. Se trata de un proceso primordial no solo para garantizar su buen funcionamiento, sino también la eficiencia y la respuesta ante posibles desastres, como puede ser el aumento de temperatura. En el diseño se deben tener en cuenta soluciones que den respuesta a todas las problemáticas que se pudieran plantear en las instalaciones. Así, es primordial la localización del CPD. A esto hay que sumarle los sistemas de refrigeración, la energía, la seguridad física y digital y la tolerancia a errores, entre otros. "Cada diseño debe ser único y estar adaptado al entorno y a las necesidades específicas del cliente, siempre teniendo en cuenta que el fin es ofrecer los máximos estándares en el funcionamiento. Por esta razón, es importante contar con un partner especialista que plantee el diseño contando con el conocimiento pleno del contexto actual y las herramientas disponibles", concluye Ignacio Cereijo, Business Development Manager de fdata.

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