El 66% de la GenZ encuestada a través de las redes sociales de la creadora de contenido piensa que no es imprescindible tener estudios superiores para conseguir éxito laboral.
Hurona Rolera habla de las dificultades de su generación con respecto a la formación y la futura vida laboral, comparándolo de manera distendida e irónica con la de sus padres.
Si hay algo que resulta difícil de comprender para muchos adultos, es la Generación Z. Hay quien asegura no haberles visto jamás despegados de una pantalla, que esconden su rostro real tras los filtros o que su lenguaje resulta incomprensible para los oídos de los boomers. Para Freeda, la plataforma que difunde historias reales para inspirar un cambio positivo, resulta imprescindible darles voz, porque su realidad es la que marcará el futuro de la sociedad. Es por eso por lo que la plataforma ha vuelto a contar con Hurona Rolera, la joven streamer de videojuegos y creadora de contenido, con una comunidad de seguidores de más de 13M, para lanzar el segundo capítulo de la serie 'Expediente Z'. Esta vez para hablar de formación y empleo.
En este segundo capítulo, Hurona Rolera convertida nuevamente en una especie de Sherlock Holmes del siglo XXI, habla sin tapujos de cómo su generación asume las dificultades de la formación y la futura vida laboral, comparándolo de manera distendida e irónica con los millennials y los boomers, la generación de sus padres. En el caso de la GenZ, lo normal es vivir en una constante incertidumbre, porque según Hurona Rolera, su generación ha pasado por todas las épocas de crisis más recientes en nuestro país.
"La palabra crisis ha estado presente en nuestro vocabulario desde que tenemos uso de razón. Perder un trabajo, por ejemplo, es algo que a la generación de nuestros padres les daba mucho miedo. Su fantasía laboral era jubilarse en la empresa en la que entraron como becarios. En nuestro caso, afrontar un despido o largas etapas en el paro es, simplemente, la normalidad", asegura Hurona Rolera. La streamer cuenta que, para sus padres, "su fantasía laboral era jubilarse en la empresa en la que habían entrado como becarios", pero que para su generación esto no es una expectativa lógica, ya que "afrontar un despido o largas etapas en el paro es lo normal", concluye en su video para Freeda España
En el capítulo también se añaden datos acerca de una encuesta realizada por ella misma a través de sus redes sociales a sus seguidores, la mayoría de ellos pertenecientes a la Generación Z. Los resultados de esta encuesta muestran que un 66% no ve imprescindible tener estudios superiores para obtener éxito laboral, dato que ilustra el cambio de preferencias y de mentalidad en esta nueva generación con respecto a las anteriores. Por ello, "lo que más valoran en un trabajo sería que este les dejase tiempo suficiente para el ocio. Ya después estaría el tema de la pasta y la libertad para viajar. Y muy importante también, que sea posible teletrabajar. Y por último, quienes han respondido a la encuesta no dudarían en dejar su trabajo si hubiera un clima tóxico con sus superiores o compañeros. También si les ofrecieran el trabajo de sus sueños o un trabajo similar, pero cobrando más dinero".
Para Hurona el éxito está en "no mirar lo que vale cada producto cuando voy a comprar al supermercado" y es un concepto que comparte con su generación, que ya no aspira tanto a la fama y a una vida lujosa, como a la comodidad basada en la estabilidad. Esto no es necesariamente porque hayan cambiado las preferencias, sino que lo que han cambiado han sido las expectativas generadas por la precaria situación laboral y económica en la que se han visto envueltos desde su niñez. Y es que la GenZ está convencida de que el futuro es incierto para todo el mundo, por lo que cada uno debe elegir el camino que desea tomar. Algo que para la familia de Hurona también fue difícil de entender, tal y como ella misma explica:
"Yo siempre he generado mucha inseguridad a mi familia porque no he seguido 'el camino'. Es decir: primaria, secundaria, bachiller y carrera. Por lo tanto, tenían una sensación de que la cosa no iba a funcionar. Les costó un poco ver que una FP o un grado medio era igual de válido que los caminos habituales. La 'titulitis' es, sin duda, un pésimo invento del sistema. Con 15 años estudié jardinería y botánica, para más adelante poder hacer los grados medios y superiores de ganadería. Luego me metí en la escuela de arte y decidí rescatar mi sueño de ser tatuadora. Yo creo que esto es también algo guay de mi generación, no nos obsesiona tanto que nuestra carrera sea impoluta, en una única dirección. Nos permitimos probar varias cosas y está todo bien", cuenta Hurona, que ahora es una streamer de éxito.
Los jóvenes de la Generación Z "poco a poco vamos dejando de ver la formación superior o el empleo como algo indispensable para autorrealizarnos. Seguimos teniendo nuestros sueños y tal, pero a pesar de ser muy jóvenes tenemos muy claro que no vivimos para trabajar. Trabajamos para vivir", concluye Hurona en el vídeo.