A veces, debido a que la zona habitual de trasiego con los combustibles está situada cerca de zonas de agua como en muelles o en ríos, entre otros, a que hay una red de vertido que va directa al saneamiento municipal o porque se tiene la mala suerte de sufrir un derrame fortuito en una zona cercana al agua (red de pluviales, junto a un cauce, …), la actuación ante un evento de este tipo puede ser complicada.
No se pueden usar absorbentes convencionales (universales) porque se saturarían completamente con el agua y directamente se hundirían.
Es decir, derrames de hidrocarburos en ríos, en arroyos, en el mar, en una red de pluviales o de saneamiento o en situación de lluvia, puede ser bastante complicado de solucionar si no se cuentan con los medios adecuados.
Pero sí existen soluciones. Los hidrocarburos tienen una característica en general y es que son menos densos que el agua y, por lo tanto, flotan sobre ella, creando una capa superficial. Esta propiedad favorece para poder hacer una recogida efectiva, aplicando los absorbentes adecuados.
Existen absorbentes específicos para aceites e hidrocarburos, cuya principal característica es que son hidrófobos, es decir, no absorben agua. Son absorbentes de polipropileno que, a base de un tratamiento especial, solo absorben los combustibles, quedando en flotación sobre la lámina de agua. Además, ofrecen una alta flotabilidad incluso cuando ya están saturados
Otras de sus características es que, además de presentar una alta capacidad de absorción, son muy ligeros, por lo que son altamente manejables y son muy seguros, ya que son químicamente inertes, evitando reacciones espontáneas.
Es la comúnmente llamada línea blanca especial para aceites e hidrocarburos, la cual además ofrece diferentes formatos, para actuar de una forma rápida y efectiva dependiendo de la situación, cuando se da un derrame de aceites e hidrocarburos en zonas con presencia de agua. Entre ellos hay:
Hojas: para las labores de recogida, sobre todo para pequeños derrames.
Rollos: también para labores de recogida, pero en casos donde la cantidad de hidrocarburo o la extensión del derrame es mayor. Permiten un despliegue rápido.
Almohadas: para recoger los derrames o goteos recurrentes o para obturar directamente una alcantarilla o una tubería.
Tubulares: son pequeñas barreras y el primer formato que se aplica alrededor de la mancha para contenerla o para proteger, especialmente en pequeños derrames o en zonas acotadas y accesibles. Por ejemplo, creando una línea continúa en la orilla de un río en el límite tierra-agua, para controlar que no se extienda o recoger lo que pueda llegar a ella. También se pueden usar para obturar:
Barreras de absorción: muy útiles y comunes en zonas portuarias, se utilizan para labores de contención en casos de grandes cantidades de derrame sobre la lámina de agua. O bien para proteger zonas vulnerables de la contaminación. Las barreras gracias a sus dimensiones tienen una doble función: contienen y absorben.
Asimismo, es importante tener en cuenta dos consideraciones: en el caso de uso en al mar o en un cauce superficial con corriente y, en especial, en el caso de las barreras, es necesario disponer de material auxiliar para su anclaje (pesos y cuerdas).
No emplear en situaciones donde se han aplicado surfactantes, dispersantes o en general productos con base jabonosa, ya que ese material pierde su capacidad hidrófoba.
Es crucial recordar que la tienda online Absorbentes y Cubetos, ofrece asesoramiento gratuito, por parte de técnicos/as expertos/as en la prevención y el control de derrames. Además, dispone de un teléfono gratuito para este servicio.