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Los mitos más frecuentes sobre los seguros de vida

No todo lo que se cuenta sobre los seguros de vida es verdad. En ocasiones, el desconocimiento o la falta de información llevan a difundir medias verdades o directamente mentiras sobre estos productos, que protegen a millones de personas en España. Los expertos de la web "El mejor seguro de vida" cuentan cuales son

Más de 20 millones de personas tiene un seguro de vida riesgo en España, según datos de Unespa, la patronal del sector. Estos productos se encargan de que, si a una persona le sucede algo y fallece, sus beneficiarios reciban la cantidad de dinero que se haya elegido. A cambio, se paga una prima, que suele ser anual.

Es muy difícil que 20 millones de personas estén equivocados y contraten un producto que no sea bueno para ellos. Por eso, los citados expertos explican y recopilan los mitos más frecuentes sobre estas pólizas, falsas o medias verdades que se cuentan sobre ellas y que están muy alejados de la realidad.

No son para gente mayor

El más frecuente de los mitos sobre los seguros de vida es que no hay para mayores de 65 años. Sin embargo, es solo una media verdad: sí que hay opciones para quienes tienen más de 65, aunque son un poco escasas y hay que saber buscarlas.

Las aseguradoras ponen un límite de edad para la contratación, eso es cierto, pero hay varias que permiten firmarlo incluso hasta los 70 años (Liberty, por ejemplo). Lo más habitual es que, a partir de los 65 o 67 años, se reduzcan las coberturas que se pueden añadir al contrato, pero siguen cubriendo el fallecimiento hasta los 75 u 80 años, según la empresa que se elija.

No compensan a largo plazo

Los mitos relacionados con el dinero son los que más rápido se propagan. Por eso, este es uno de los que más ha arraigado entre la población. Hay quienes piensan que, aunque se reciba la indemnización, el cliente ha pagado más dinero a lo largo de los años y, por tanto, no le ha compensado estar pagando.

Según explican desde elmejorsegurodevida, los datos desmienten este mito. Si, por desgracia, el seguro tiene que actuar, hay muchísimas probabilidades de que haya compensado. Según datos de Unespa, solo 4 de cada 100 personas fallecieron después de estar pagando más de 30 años. Por el contrario, el 30 % de quienes tenían uno fallecieron 5 años después de haberlo firmado.

"Imaginemos que, en 8 años, una persona ha pagado unos 2000 euros de prima (cerca de 250 euros cada año) por un capital de 200.000 euros. Si fallece, su familia conseguiría 200.000 euros a cambio de 2000", exponen desde el comparador.

Solo son para familias con hijos

Hay muchas personas que pueden beneficiarse de estas pólizas y no lo saben. Se suelen asociar a las familias con hijos o con hipotecas. Sin embargo, los solteros y quienes viven solos son los que más necesitan tener un respaldo económico por si algo ocurre.

Una persona que depende al 100 % de su propio salario debe plantearse qué pasaría si algo le ocurriese. Por ejemplo, si un accidente le impide volver a trabajar. O si le sucede algo y necesita que otra persona le ayude en sus tareas diarias. En caso de una incapacidad permanente, el afectado pierde su salario y tiene que asumir más gastos por su nueva situación; a cambio, solo recibe una pequeña pensión de la Seguridad Social.

Para estos casos, se puede añadir la cobertura de la invalidez a los seguros de vida. Si se reconoce a una persona una incapacidad permanente, el dinero de la indemnización irá para el propio asegurado, para ayudarlo a afrontar su nueva situación.

Son caros

El otro gran mito relacionado con el dinero y uno de los más fáciles de rebatir. "Por menos de lo que cuesta salir un par de noches a cenar, se puede contratar un capital que protegería a una familia durante varios años. Son incluso más baratos que otros gastos que se asumen con normalidad, como el seguro del coche", explican los mismos expertos.

No obstante, es posible que este mito se haya expandido por los bancos. Según un estudio independiente de 2021, las pólizas que vende la banca son hasta un 93 % más caras que las que venden las aseguradoras. Es decir, que cuestan casi el doble y no ofrecen nada diferente. Si una persona decide contratarlo con su entidad en lugar de irse a una empresa especializada, sí que tendrá una prima demasiado alta.

Solo cubren el fallecimiento

Esta afirmación es solo una verdad a medias. Los seguros de vida pueden ser de muchos tipos, y todos cubren el fallecimiento por cualquier causa: accidentes, enfermedad, etc. El más básico paga la indemnización únicamente cuando el asegurado fallece, pero los hay que cubren muchos otros supuestos.

Por ejemplo, y como ya se ha comentado, hay pólizas que pagan al propio asegurado si sufre una invalidez que le impide volver a trabajar. También los hay que le dan la indemnización si le diagnostican una enfermedad grave. Incluso las hay que pagan el doble o el triple de lo acordado a los beneficiarios si el cliente fallece de algún modo concreto (por ejemplo, en un accidente de tráfico). Así pues, hay muchísimas circunstancias más además del fallecimiento que se pueden cubrir con estas pólizas. En función de cada situación particular, serán más útiles unas u otras.

"Los seguros de vida no son caros, al igual que tampoco son solo para padres de familia jóvenes. Son un producto versátil que se ajusta muy bien a las circunstancias de cada hogar, al igual que a su presupuesto. No obstante, es importante informarse correctamente y acudir a las empresas especializadas para conseguir un producto que cumpla todas las exigencias del cliente", concluyen.

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