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"La Casa de Manolo Franco Guia MICHELIN"

Más cerca de las estrellas, así se podría titular esta historia que comienza hace mucho tiempo, pero en realidad es nueva, tanto como una charla entre Manu Franco y su mujer Carolina que termina con una frase de ella: yo siempre te apoyo. Y comenzaron a construir la realidad de un sueño, un restaurante gastronómico en Valdemorillo, una locura de este par de cuerdos que entra ya en la guía Michelin, la más prestigiosa del mundo de la gastronomía y que se incluye en ese 0,3% de restaurantes de la comunidad de Madrid que merecen ser reseñados en la guía de la marca de neumáticos. El objetivo próximo es seguir creciendo y llegar lo antes posible a esa estrella que, según críticos y sobre todo clientes, merece la casa. “¿Serías capaz de dar un giro radical a tu vida? Eso ha hecho Manu Franco, su casa es un restaurante que emana personalidad con menú de tinte actual-creativo”, dicen en la guía.

La casa de Manolo Franco es una propuesta diferente en la sierra de Madrid, un restaurante gastronómico que cambia de menú por estación con una base de producto de proximidad y en la que reinan el sabor, la belleza, la historia y la emoción, las cuatro bases de la cocina de Manu Franco, el alma de esta casa. Franco siempre tuvo la vocación de crear un lugar especial en el mismo sitio en el que sus padres construyeron a finales de los años sesenta del pasado siglo un bar de pueblo, Casa Manolo, que fue la casa de todos, un bar-restaurante familiar que sus padres y hermanas defendieron durante años y en el que Manu se crió entre fogones viendo a su padre hacer tortillas españolas y arroz con leche y a su madre croquetas y boquerones en vinagre.

El actual restaurante se inauguró en el verano de 2019 después de una reforma total del espacio con un diseño de interior que atrapa a simple vista y también en cuanto a concepto, ahora es un restaurante gastronómico, pero que lleva el nombre del fundador, Manolo Franco, el padre de Manu.

El chef, después de trabajar como periodista los últimos veinte años, recorriendo el mundo, conociendo otras culturas, y aprovechando para impregnarse de la gastronomía de lugares de los cinco continentes como Japón, México, Singapur, Australia, Mauritania o el resto de Europa, con enseñanzas que le sirven ahora para transformar platos con la esencia de la sierra madrileña, en este regreso a sus raíces. Ahora en sus platos refleja, sobre todo y ante todo, la sierra madrileña como en el menú Solsticio de verano con platos ya icónicos como Tomillo, Angulas de la sierra, La higuera de la tía Santa, Chocolate con churros, o la Ternera del lugar con mole serrano y boniato o el Bacalao con holandesa de tomate y eneldo, en un menú de 19 pasos que se acorta hasta los 14 y 10 pasos respectivamente en las otras dos opciones que se ofrecen.

Hace poco menos de dos años decidió transformar su vida y su casa y apostó muy fuerte por la gastronomía, se formó en Le Cordon Bleu y con un equipo que había trabajado en alguna de las mejores casas del país, incluso restaurantes tres estrellas Michelin, impulsó un restaurante distinto en su pueblo, Valdemorillo con un único objetivo: ser feliz y hacer felices a los que visitan su casa. Valdemorillo es una localidad de la sierra noroeste, apenas a media hora de la capital, rodeada de urbanizaciones y que, a pesar de contar siempre con una tradición hostelera importante, es ahora cuando cuenta por primer vez con un restaurante en la guía Michelin.

Con la llegada de la pandemia, Franco apuesta aún más fuerte, deja la sala en la mitad de mesas y sostiene el menú degustación gastronómico como la herramienta para crear, sorprender, expresar su vida y sus historias a través de la gastronomía. Esta casa ya está en las mejores guías del universo gastronómico y ha puesto Valdemorillo en el mapa, Michelin, Repsol, Travelers’ Choice de Tripadvisor… y que sobre todo cuenta con una clientela cada vez más fiel y entusiasta. 

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