La capital catalana ha perdido más de 13.000 habitantes durante el último año
El confinamiento forzado durante el estado de alarma, y el auge del teletrabajo están provocando que las grandes capitales del país estén perdiendo peso relativo respecto a sus provincias en la compraventa de viviendas. Sin ir más lejos, según el informe ‘El movimiento migratorio de Barcelona en tiempo de Covid-19’, elaborado por la Oficina Municipal de Datos (OMD) del Ayuntamiento de Barcelona, un total de 13.094 personas han dejado de estar empadronadas en Barcelona del 1 de enero al 1 de octubre de 2020. Unas cifras que se suman a las de la última encuesta de los Servicios Municipales del consistorio barcelonés, que refleja que la pandemia ha hecho crecer el descontento de vivir en la capital catalana hasta el punto que ya llega al 30% el número de ciudadanos que, si pudiera, viviría en otro municipio que no fuera Barcelona.
"A raíz de la pandemia hay muchas familias, de un determinado perfil profesional, que han tomado la decisión de dejar Barcelona y trasladarse a localidades de la primera y segunda corona metropolitana, como puede ser el caso de Sant Just Desvern o Sant Cugat del Vallès, para buscar una forma de vida diferente en entornos menos densos, con más zonas verdes y espacios naturales, y una buena oferta de equipamientos", señala Joan Franquesa, socio director de la inmobiliaria santcugatense Feliu Franquesa, que añade que "la calidad de vida, la proximidad y las buenas comunicaciones con la ciudad condal, y su envidiable entorno natural, convierten Sant Cugat en un espacio privilegiado para vivir".
La consolidación del teletrabajo también ha llevado a muchos catalanes a plantearse un cambio de residencia. Según datos del estudio ‘El impacto de Covid-19 en estados de ánimo, expectativas y hábitos de consumo’, publicado por EAE Business School, algunos factores que antes de la pandemia tenían “mucho peso” a la hora de elegir una vivienda, ahora con las nuevas necesidades derivadas de los cambios en los hábitos de vida y las prácticas laborales han perdido valor, como por ejemplo residir en el centro de la ciudad o en una urbe. El 18% quiere vivir lejos del centro de la ciudad, y el 21% prefiere vivir en una localidad más pequeña.
"Estamos ante un cambio de paradigma. La Covid-19 está impulsando nuevas demandas en el tipo de vivienda. Desde Feliu Franquesa estamos constatando estas nuevas tendencias que la ciudadanía demanda, destacando los inmuebles situados fuera de los centros urbanos, con preferencia por viviendas unifamiliares o plurifamiliares, con amplias terrazas y espacios comunes", indica Franquesa.
La inmobiliaria Feliu Franquesa, fundada en 2002, ofrece todas las gestiones que tienen que ver con servicios inmobiliarios y jurídicos, además de otros servicios complementarios, como el asesoramiento en herencias y testamentos, la gestión de las plusvalías y otras operaciones bancarias asociadas a las gestiones inmobiliarias.
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Feliu Franquesa es un centro de Servicios Globales Patrimoniales y especializado en todas las áreas que tienen relación con el mundo inmobiliario. La compañía cuenta con un capital humano formado por agentes de la propiedad inmobiliaria, administradores de fincas y abogados.