Un 32% de compañías cree que no cumple con los requisitos para acceder a este tipo de financiación.
Más de la mitad de las compañías (52%) creen que la excesiva normativa y burocratización de los Fondos limita su utilidad.
Aplicar una metodología clara, ajustarse a las fases del proyecto y conocer las entidades públicas que vertebrarán la financiación, claves para el éxito.
Uno de los grandes pilares sobre los que la economía española mantiene más esperanzas para armar su próxima recuperación se sustenta en los Fondos Europeos de Recuperación y Resiliencia.
A la espera de que durante la segunda mitad de año España reciba una primera partida de 27.000 millones de la Unión Europea, los directivos nacionales reconocen que miran todavía con cierta distancia el acceso a estas ayudas.
De hecho, 3 cada 10 empresarios españoles (34%) consultados por Grant Thornton no han activado todavía ningún plan para poder optar a las ayudas pactadas entre el país y la Unión Europea, que ascienden a 140.000 millones de euros en total.
De ellos, un 17% de directivos son conscientes de que existen, pero no conocen el proceso para solicitarlas, y el mismo número (17%) asegura desconocer por completo el procedimiento para activar la solicitud. Estas son algunas conclusiones extraídas del informe Global Business Pulse de la firma de servicios profesionales Grant Thornton y que mide la salud de las compañías medianas del país, de entre 50 y 500 empleados.
“Lo primero que hay que tener en cuenta es que este paquete no son ayudas directas a empresas, sino que su objetivo es financiar programas de reformas e inversiones que estén alineados con los cuatro ejes transversales de transformación definidos por el nacional estratégico España Puede, cuyas líneas maestras el Gobierno enviará a Bruselas antes del 30 de abril”, explica Carlos González Luis, socio de Consultoría del Sector Público de Grant Thornton y miembro del equipo dedicado a fondos europeos de la Firma (NextGen GT).
Los cuatro vectores de transformación pasan por impulsar proyectos enmarcados en la transición ecológica, la transformación digital, la cohesión territorial y social y una España con igualdad de oportunidades.
Un 33% de empresarios declara conocer estos ejes de transformación y estar preparando su documentación para solicitar las ayudas. Sin embargo, otro 32% ya sabe que no cumple con los requisitos para optar a estos fondos, pese a ser plenamente conocedores de todos los trámites para solicitarlos. “A pesar de la inmensa cantidad de información publicada, el proceso de solicitud es una carrera de fondo y no acaba en la presentación de la documentación.
En primer lugar, las empresas, públicas o privadas, medianas o grandes, deben buscar el proyecto adecuado y presentarlo, idealmente, a través de consorcios estratégicos. Conocer bien la Administración española y la estructura de las entidades públicas que vertebrarán estas ayudas también es esencial en el diseño inicial de los proyectos que optarán a financiación”, añade Carlos González Luis.
Fases y metodología
Desde su anuncio oficial en verano de 2020, la delimitación exacta de los procedimientos oficiales para este proyecto ha sido lenta y en ocasiones no del todo clara.
Sin embargo, las distintas fases están ya programadas y, en la actualidad, las compañías todavía pueden seguir diseñando sus propuestas, pero, a la vez, es importante que comiencen a posicionarlas ante los distintos organismos financiadores que se ocuparán de vertebrar las ayudas y que usarán a vez distintos instrumentos de financiación. “Tanto el Estado, como las Comunidades Autónomas y las entidades locales han designado ya a las agencias públicas que se encargarán de vehicular los fondos una vez que sean liberados por Bruselas.
Es recomendable, por tanto, que junto con el diseño de los proyectos se establezcan los primeros contactos con estos entes públicos para la adecuada gestión de los proyectos”, agrega el socio Carlos González Luis.
La fase de posicionamiento, en palabras de los expertos de Grant Thornton, se alargará hasta bien entrado septiembre.
Un periodo en el que es recomendable “madurar” adecuadamente el proyecto, analizar cualquier novedad en las normas que regulan los fondos e ir creando la memoria de solicitud de las ayudas. La expectación empresarial ante los Fondos Europeos de Recuperación y Resiliencia es muy elevada. Y es que hasta un 37% de empresas consultadas por Grant Thornton piensa que la falta de financiación es una de las principales limitaciones para su crecimiento futuro, por encima de la media europea (34%).
Pero mayor aún es la preocupación que muestran los directivos con la excesiva normativa y burocratización en la gestión que rodea a estos fondos: la mitad de los empresarios (52%) considera que es un factor que limita la utilidad de estas ayudas, por encima de lo que piensan sus homólogos europeos (45%). Una complejidad que puede incluso aumentar una vez que estén concedidas las ayudas y se pase a la fase de ejecución, que se inicia a medida que los proyectos van obteniendo la financiación.
Un momento “determinante”, en el que es crucial saber justificar cómo se está haciendo uso de la ayuda recibida. “La correcta gestión de la ejecución de las ayudas es tan importante como la ideación y la captación de la financiación.
Estamos hablando de hacer un seguimiento del presupuesto obtenido, controlarlo técnicamente y gestionarlo de forma centralizada, de manera que administrativa y financieramente se sepa en todo momento cómo se está aprovechando la ayuda y si es el proyecto está saliendo adelante”, explica Pablo Merello, socio de Auditoría del Sector Público y coordinador también del grupo NextGen GT de la Firma. A pesar del desconocimiento mostrado por las empresas españolas en el terreno de Fondos Europeos, el proyecto está “más vivo que nunca” y, en palabras de los socios de Grant Thornton, “el momento de arrancar llegará pronto.
Esto no se resume en pedir una ayuda, hay que tener una visión global de todo el proceso, desde estudiar las necesidades estratégicas de cada entidad, planificar el proyecto y su ejecución para que sea desarrollado cumpliendo toda la normativa, de manera que en la fase posterior de verificación no se produzca ninguna incidencia”, recomienda finalmente Pablo Merello