Policlínica Gipuzkoa lleva 33 años investigando de forma activa el Parkinson y el Alzheimer y mil pacientes han participado en más de 65 ensayos clínicos. El Programa cuenta en la actualidad con 9 ensayos clínicos activos con fármacos antiparkinsonianos para todas las fases de la enfermedad. En Gipuzkoa, 150 personas son diagnosticadas cada año. El 15% es menor de 45 años
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Además de su labor pionera en la prevención de Parkinson y Alzheimer, el Programa de Terapias Avanzadas de Policlínica Gipuzkoa lidera el campo de los ensayos clínicos. El objetivo de un ensayo clínico es determinar la eficacia y seguridad de un fármaco del que existen evidencias científicas sólidas y que todavía no ha sido comercializado. Policlínica Gipuzkoa lleva 33 años realizando ensayos clínicos de la mano del equipo del neurólogo Gurutz Linazasoro. “Hemos acercado esta oportunidad a mil personas en más de 65 ensayos clínicos, no solo en el campo del Parkinson, sino también en el de la enfermedad de Alzheimer” explica el neurólogo. Linazasoro afirma que “un ensayo clínico es una oportunidad y queremos agradecer a todos los pacientes que han participado y participan en algún ensayo clínico su generosidad y compromiso”.
El desarrollo de un ensayo clínico es un proceso muy complejo y exigente. Se requiere un equipo multidisciplinar, experimentado y totalmente dedicado a la ejecución del ensayo, además de un hospital dotado de un servicio de Farmacia Hospitalaria, Radiología, Gestión de Investigación Clínica y otras infraestructuras que deben funcionar de un modo coordinado, ágil y flexible. “Policlínica Gipuzkoa reúne todos los requisitos y cuenta con todos los eslabones de esta cadena para poder llevar a cabo un ensayo clínico” asegura Gurutz Linazasoro.
El programa para la enfermedad de Parkinson de Policlínica Gipuzkoa consta de 9 ensayos clínicos con fármacos diferentes y a la vanguardia de la investigación científica, según explica el neurólogo guipuzcoano. “Algunos -detalla- están indicados para fases muy precoces de la enfermedad, poco después del diagnóstico. Su objetivo es frenar el curso progresivo de la enfermedad. Otros, buscan mejorar los síntomas en pacientes en fases más avanzadas, con periodos on-off y movimientos involuntarios. Esta diversidad de objetivos nos permite ofrecer la oportunidad a cualquier persona con parkinson que cumpla unos rigurosos criterios de inclusión” explica el neurólogo de Policlínica Gipuzkoa.
La enfermedad de Parkinson se diagnostica cada año a 150 personas en Gipuzkoa. Un 15% de los afectados es menor de 45 años. Puede ser hereditaria en un 15% de los casos y se han identificado más de una veintena de genes asociados a estas formas genéticas.
Sus síntomas más importantes son los síntomas motores en forma de temblor, rigidez, lentitud de movimiento e inestabilidad postural. Sin embargo, muchas personas afectadas sufren una serie de síntomas no motores (dolor, estreñimiento, depresión, ansiedad, insomnio, trastornos de memoria, etc.) que son muy incapacitantes y poco conocidos.
Existen unos síntomas que preceden a la aparición del temblor, pero que son muy inespecíficos por lo que su utilidad en la práctica es limitada. Destacan la disminución del olfato, los trastornos del sueño en fase REM, la depresión o el estreñimiento.
Se desconoce cuál es la causa de la enfermedad, pero desde hace 70 años se sabe que existe una degeneración de las neuronas que producen dopamina. “Fruto de este conocimiento, disponemos de tratamientos farmacológicos y quirúrgicos que mejoran mucho la calidad de vida de las personas afectadas. Sin embargo, no existen tratamientos que curen ni que retrasen el curso progresivo de la enfermedad, motivo por el que hay muchos fármacos en investigación en fase de ensayo clínico”, concluye Linazasoro.