Gran encuentro ajedrecístico celebrado el pasado sábado, 20 de noviembre, en Totana, en la Sociedad Gran Casino, lugar emblemático de la ciudad.
Un sitio céntrico, bello y muy aprovechable, creado en sus orígenes como sociedad recreativa y cultural y recuperado en la actualidad en un nuevo impulso de los socios para dar vida a su conjunto de forma continuada, acercándola a los ciudadanos.
El enfrentamiento se disputó entre los equipos del Club Ajedrez Totana y la asociación deportiva del club ajedrez Coimbra de Jumilla, dentro de la liga Regional por equipos de División de Honor, máxima categoría del Ajedrez murciano.
Luchadas partidas en todos los tableros, con buen sabor de boca para la escuadra totanera que ganó de forma contundente el enfrentamiento por 4,5 a 1,5.
Jumilla que marcha tercero en el campeonato, viene haciendo una gran torneo habiendo perdido hasta ahora solo un encuentro con el potente equipo de Beniaján, equipo plagado de jugadores profesionales y liderado por un totanero, el Gran Maestro de Ajedrez Internacional José Carlos Ibarra Jerez.
El equipo jumillano llegó con la moral por las nubes y con la intención de dar mucha guerra en la sede de lujo totanera.
Un joven equipo que cuenta ya con mucha experiencia y comandado por el Maestro de la Federación Internacional, Alejandro Castellanos, que tiene entre su palmarés el título de Campeón Regional Absoluto individual de Murcia.
A destacar el excepcional equipo humano que forma y su escuela puntera de ajedrez, con más de cien alumnos y varios campeones en sus categorías.
El encuentro fue ganado de forma contundente por los totaneros, que no partían con tanta ventaja sobre el papel ni en la posición del campeonato.
A pesar de que el enfrentamiento no pareció empezar de forma favorable para sus intereses supieron ir decantando la balanza a su favor creciéndose para desplegar un gran Ajedrez.
En el post encuentro, ambos equipos, y otros aficionados del club totanero que vinieron a animar y ver las partidas cenaron juntos, en el restaurante del Casino para disfrutar de la gastronomía del local y decantar unas botellas de vino jumillano en hermandad mientras comentaban los diferentes lances del juego, y se analizaban las partidas. Sin duda, uno de los mejores momentos de la noche y que hace de nuestro deporte y su compañerismo algo especial.