En Totana la música está en las venas de casi todos, podemos encontrar gran cantidad de grupos musicales de diferentes tipos, desde el rock hasta la habanera pasando por los diferentes coros y rondallas. Música en Navidad en diferentes lugares de la ciudad, rondallas en la subida y bajada de La Santa, un gran número de bandas de Hermandades de excelente calidad, una Agrupación Musical que suena fantástica y siempre espectadores escuchando música como algo esencial a su propia naturaleza.

Ciertamente que los sonidos son diferentes en Navidad que en Semana Santa, marcados los ritmos por la liturgia católica que fue el origen y esencia de Totana. En Navidad suenan alegres los villancicos, hermosas canciones en las romerías, el firme sonido de las cornetas y los tambores en Semana Santa y en las pedanías rondallas que cantan canciones ancestrales que marcan el propio folklore. Pero en la Semana de Pasión se celebran las procesiones y además de las bandas hay algo singular que no encontramos en otros lugares: Las bocinas.

En Murcia también hay unas bocinas llamadas "de burla" que se acompañan con tambores destemplados con un característico sonido y ritmo. Sin embargo en Totana la bocina no tiene acompañamiento de percusión y tiene además la singularidad de que su boca es muy parecida a las gárgolas de las iglesias medievales.

Imagino que esa forma entre demoníaca y estrambótica tendría para los antiguos el mismo significado que las mencionadas gárgolas de las catedrales, alejar el mal de los templos y en la procesión apartarlo de los fieles que contemplan la Pasión de Nuestro Señor.

Y el artífice del sonido de la bocina es Juan Martínez Fernández, popular donde los haya y conocido por todos como Juanico el Enterraor que lleva haciéndolo desde que tenía diez años y continúa y continuará dando a conocer la más clásica música de la Semana Santa totanera, algo que él vive con absoluta entrega y pasión, pues además de deleitarnos con el ronco sonido la ama y no en balde pertenece a las Hermandades de La Negación, La Agonía, San Juan y el Beso de Judas.

A Juanico lo conoce todo el mundo en Alhama de Murcia, Totana y sus alrededores, ya que es un hombre dinámico y emprendedor, viajero infatigable y coleccionista de curiosidades como el hecho de tener digitalizado el archivo del Cementerio de Nuestra Señora del Carmen, de Totana, pudiendo dar respuesta previa consulta a cuantos datos de fechas de nacimiento y muerte de sus usuarios le demandamos los historiadores o aficionados como yo.

El apodo o apelativo con que lo conocemos le viene de familia, pues ya su bisabuelo Juan Martínez Cánovas fue enterrador en nuestro cementerio, seguido de su abuelo Juan Martínez García, tras el cual lo hizo su tío José María Martínez Muñoz, que al cesar por jubilación en 1992 entró en su puesto nuestro Juanico, donde permaneció atendiendo también el cementerio de Alhama de Murcia hasta su jubilación tras veintidós años de ejercicio y así continúa su primo.

Con independencia de sus labores profesionales cultivó la floricultura y mantiene abierta una floristería el Alhama, y hasta se atrevió con el negocio hostelero rigiendo Don Jamón, un bar-restaurante frente a la fábrica de El Pozo.

Ahora, emérito ya, cultiva sus aficiones, tiene una cuidada y bien surtida bodega para invitar a sus amigos, viaja y cuida de su familia. Es proverbial en él su facilidad de comunicación la capacidad de hacer amigos y mantener interminables charlas que cubre de datos que conoce por su eterna curiosidad.

Juan Ruiz García