Torre Pacheco

Caja Mediterráneo dona a Torre-Pacheco una escultura que representa el origen de las fiestas trinitario-berberiscas

La obra del murciano Pedro Jordán Almarza representa a fray Juan Gil, el hombre que consiguió el dinero para liberar Miguel de Cervantes de su presidio en Argel.

Caja Mediterráneo ha donado al municipio de Torre Pacheco una escultura que representa las tradicionales fiestas trinitario-berberiscas que celebran en esta localidad. La escultura, obra del murciano Pedro Jordán Almarza, representa a fray Juan Gil, uno de los trinitarios que se ocupó de liberar a Miguel de Cervantes de los piratas berberiscos.

El presidente territorial de Caja Mediterráneo, Ángel Martínez, y el alcalde de Torre Pacheco, Daniel García Madrid, inauguran esta tarde la escultura, realizada en bronce, patinada en marrón cuero que mide unos 190 centímetros de altura y va colocada sobre una peana de piedra de un metro y medio de altura.

Fray Juan Gil es la persona que el 19 de septiembre de 1850 logró reunir los 500 ducados de oro que exigieron unos piratas berberiscos que apresaron a Cervantes cuando volvía a España tras participar en la batalla de Lepanto. Los piratas pidieron esta elevada cantidad de dinero por liberar a Miguel de Cervantes porque lo tomaron por una persona destacada de la Corte de España, al encontrar en su poder cartas de elogio firmadas por don Juan de Austria y el Duque de Sesa destacando su valor en Lepanto. Cervantes estuvo cinco años preso en Argel, hasta que fray Juan Gil consiguió reunir el dinero para su rescate.

Para recordar esta historia el escultor Pedro Jordán ha representado al trinitario sosteniendo en su mano izquierda, como símbolo de liberación, los grilletes que llevaba Miguel de Cervantes.

El presidente territorial de Caja Mediterráneo, Ángel Martínez, explica que la entidad ha querido hacer este regalo a Torre Pacheco porque “Caja Mediterráneo está profundamente enraizada, por historia, por afecto y por proyectos comunes, con todos y cada uno de los municipios de esta Región. El vínculo de Caja Mediterráneo con Torre Pacheco y sus habitantes es de los más antiguos y fuertes, algo que se evidencia en la actividad social y económica diaria de la ciudad en aspectos como el apoyo continuo al desarrollo de la programación del recinto Ferial IFEPA. Por esta razón, “hemos querido con esta impresionante escultura dejar un testimonio imborrable del lazo que nos une a esta ciudad y sus gentes”.

Martínez recuerda que “en Caja Mediterráneo estamos convencidos de que el arte es la mejor forma de conocer y acercar a las distintas civilizaciones, y de manera muy especial la escultura al imponer una huella en un lugar”. Por ello, la cultura, en sus distintas vertientes, ha sido y seguirá siendo uno de los ejes tradicionales de actuación de la Obra Social de Caja Mediterráneo.

El alcalde de Torre-Pacheco, Daniel García Madrid, agradeció a Caja Mediterráneo su colaboración y apoyo en la construcción de Torre-Pacheco con la aportación de esta escultura y con otros actos que ha llevado a cabo, como son la organización de exposiciones o publicaciones de libros. Todo esto son síntomas de la contribución constante que la Caja Mediterraneo tiene con la sociedad pachequera para crear un futuro mejor. Un futuro que se construye gracias a esta escultura que mira al pasado, al origen de la historia de Torre-Pacheco, ya que sin pasado no se puede tener presente, ni futuro.

Currículo Pedro Jordán Almarza

Natural de Cartagena (enero, 1978), ingresa a los 16 años en la Escuela de Artes y Oficios de Murcia (hoy, Escuela de Arte y Superior de Diseño), donde obtiene el título de Técnico Superior de Artes Plásticas y Diseño. Allí perfecciona su técnica en el modelado y moldeo de la mano del catedrático don Dionisio Paje y escultores como don José González y, asimismo, completa su formación en hierro forjado con don Victoriano Salas -material por el que siente gran interés desde sus comienzos, dado que su abuelo paterno dedicó su vida profesional a la fragua-. En este periodo realiza trabajos en hierro que abarcaban desde la escultura hasta proyectos funcionales, tales como la escalera forjada del hotel Alfonso XIII (Cartagena) o la realización de herramientas forjadas para tallar mármol, que serían utilizadas después por las escuelas de artes y oficios de Murcia, Altea, Valencia, etcétera.

Pronto se interesa por la obra de escultores murcianos, tales como Antonio Campillo, Elisa Seíquer, José Planes, Pepe Molera o González Marcos, y compagina el trabajo como aprendiz en sus talleres con la investigación de nuevas corrientes del panorama murciano, compartiendo estudio con Miguel Fructuoso Nicolás y trabajando con pintores como Manuel Pérez o el diseñador Miguel Ángel Martínez.

En 2007 viaja a Alemania para profundizar en la relación existente entre escultura, arquitectura y artes aplicadas, fijándose, para ello, en la obra de los diseñadores Walter Wropius y Marcel Breuer, pero, sobre todo, centra su atención en las esculturas de Gerhard Marcks y George Kolbe.

Entre sus trabajos más destacados se halla el Retablo del Altar Mayor de la Iglesia del Espíritu Santo, Valencia (talla en madera policromada y dorada), realizado durante 2007-2008. También ha realizado el retrato de don Andrés Cánovas (Balsicas), situado en la plaza que lleva su mismo nombre; y el modelado de San Juan Evangelista, para la cofradía de San Juan (Torres de Cotillas).

A lo largo de su trayectoria ha conseguido también varios galardones, entre los que destaca el Primer premio Creajoven en 1998 y 2002 (Murcia) y la Medalla de honor, premio de escultura de la Cámara de Comercio (Murcia, 2004). Además ha sido el representante español en la Novena Bienal de Artistas de Europa y del Mediterráneo (Roma, 1999).

Actualmente, compagina su trabajo creativo con la tutela de artistas emergentes en cuestión de técnicas y materiales plásticos de última generación.

Entre sus colaboraciones destacan:

En escultura: Ha participado activamente, entre otros, en la realización de monumento ‘Apoteósis’, de Lola Fernández Arcas (Lorca); modelos forjados para ‘Vientos’, de José Luis Cacho; piezas forjadas para esculturas en ciclos, con José González Marcos; rehabilitación de piezas de Juan González Moreno; restauración de la Virgen del Carmen (siglo XVIII), del Santuario de la Virgen del Rosario de Hellín, San Antonio Abad, de principios de siglo, y el grupo de ángeles de la Patrona de Hellín del escultor Fernández Andes.

En escenografía (entre otros): Teatro Nacional (José Tamayo): “Nabucco", de Verdi o “Canción de Amor y Droga”, de Albert Plá. En literatura: “Carne de perro”, con Alberto Barberá Duelo (Barcelona); “La carretera” (Cormac McCarthy).

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