Para mejorar nuestras condiciones de vida, la densa agenda electoral de esta primavera nos brinda la oportunidad de iniciar la senda del cambio en las políticas sociales, laborales y económicas que necesitamos.
En la Región Murciana, es ineludible hacer memoria de los últimos casi 30 años sufridos con gobiernos conservadores del Partido Popular. El 28 de mayo la renovación del parlamento murciano y de los consistorios municipales debe servir para poner punto y final a las desigualdades de todo tipo generadas por las políticas neoliberales y antisociales. Tenemos una nueva ocasión para mirar hacia el futuro y construir una sociedad más justa, democrática, libre, sostenible, inclusiva e igualitaria.
Este nuevo ciclo electoral nos brinda una oportunidad para avanzar y dejar atrás un modelo que ha situado a nuestra Región a la cola en muchos parámetros de desarrollo económico y social. La Región murciana es una de las comunidades autónomas con más desahucios, con las pensiones más bajas de toda España, con gran parte de la población murciana bajo el umbral de la pobreza, con los tiempos de espera más largos de todo el país en Sanidad o en los juzgados, y con graves problemas medioambientales sin solucionar desde hace décadas como la degradación de la laguna del Mar Menor, la contaminación de la Sierra Minera, la desprotección de los parques regionales, como el de Cabo Cope y Puntas de Calnegre, la sobreexplotación del Altiplano y el Noroeste, o los terrenos del cinturón urbano de Cartagena.
Estamos en contra de los procesos de involución democrática y de retroceso en los derechos individuales y colectivos que inculcan las propuestas de los partidos conservadores. Como se ha visto desde la crisis de 2008, aumentar las desigualdades sociales para favorecer la concentración de la riqueza en unas pocas personas – fórmulas maquilladas de explotación del siglo XXI que son propias de un viejo e incansable capitalismo- son medidas que perjudican gravemente los derechos de las trabajadoras y los trabajadores y la mayoría de la población. Desde la pandemia y con la invasión rusa de Ucrania, asistimos además a una desproporcionada concentración de capital en pocas manos y un aumento del empobrecimiento de la mayoría, con unos salarios insuficientes para afrontar los precios que nos deja la inflación y la especulación.
Desde La Intersindical RM apostamos por otras políticas que permitan darle una vuelta a la situación y favorecer los intereses de los sectores populares. Defendemos las políticas que generan trabajo estable, saludable y de calidad, que posibilitan el cambio del modelo productivo. El apoyo a los servicios públicos de calidad, -educación, sanidad, servicios sociales, transporte, cultura, vivienda, medios de comunicación; el incremento de los salarios, las pensiones y las prestaciones sociales; la supresión de la brecha salarial y las desigualdades laborales y sociales. Todas ellas son iniciativas que contribuirán de manera efectiva a cohesionar y vertebrar el territorio, poner fin al expolio fiscal y la infrafinanciación regional, así como combatir el cambio climático y la despoblación en el mundo rural.
Ahora mismo, la mejor herramienta que tenemos la sociedad murciana es la movilización sostenida, la reivindicación y la defensa contundente de nuestros derechos. Se han soterrado las vías, se ha protegido el Mar Menor, seguimos luchando por la Regularización de quienes ya trabajan aquí, por la protección de la huerta, por la regulación y protección de nuestros parques naturales, contra las leyes mordaza, por unas pensiones dignas, por una vida digna. El 28 de mayo se tiene que escuchar nuestra voz, la de las murcianas y murcianos que queremos un futuro mejor para nuestra Región.