Sociedad

El "efecto psicológico" de San Valentín: ¿Por qué los expertos alertan de la creciente ansiedad en las vísperas de la fiesta del amor?

Según un informe de la red de centros clínicos Nascia, aproximadamente un 25% de los españoles viven el 14 de febrero con presión social por las expectativas que tienen puestas en él

Andrés Suro, psicólogo especialista en sexología masculina, explica que "cuando una persona se siente atraída hacia otra, la inseguridad se apodera de ella hasta tal punto que la decisión del sitio donde cenar o la elección de un tipo de chocolate o flor puede ser poco gratificante"

Año tras año, la llegada del mes de febrero conlleva inconscientemente un pensamiento recurrente en la psique colectiva: San Valentín. Impresa en el ideario occidental, esta festividad católica cuyo origen se remonta 18 siglos atrás, viene acompañada de un aura de romanticismo, dulzura y excesos de formas acorazonadas. No obstante, según afirman los expertos, esta época se ha convertido para muchos en un foco de inestabilidad emocional, causado por una excesiva idealización. 

"¿Soy un perdedor por no tener con quién cenar en el día en el que todas mis amistades suben sus planes por stories?"; "¿se enfadará conmigo si no compro un mínimo detalle?"; "¿soy una persona amargada si no tengo ningún interés en pensar en San Valentín?"... "No podemos negarlo, a todos nos gusta sorprender y sentirnos sorprendidos en un día en el que la sociedad nos prepara para exteriorizar el amor a diestro y siniestro, pero las expectativas que tenemos establecidas muchas veces hacen que no podamos disfrutar realmente de este día", desvela Anel Martínez, coach sexual de MYHIXEL, startup española destinada a mejorar el bienestar íntimo masculino. 

Sentimientos encontrados 

Una explicación que puede dar respuesta a la incertidumbre que suscita esta fecha es que en el cuerpo humano se generan reacciones bioquímicas y fisiológicas divergentes fruto de las relaciones interpersonales. Por un lado, nuestro organismo segrega hormonas tales como la oxitocina o la serotonina al fomentar la socialización o experimentar sentimientos tales como el amor o la confianza. Estas hormonas, íntimamente vinculadas con la afectividad en un ámbito de pareja o sexual, pero también en otro familiar o amistoso, fomentan la sensación de bienestar emocional. Es por ello que, para muchas personas, el acto de sorprender gratamente al otro con un regalo, halago o gesto produce una sensación de agrado bilateral. 

No obstante y por el otro lado, "el sentimiento de atracción genera en nuestro organismo respuestas fisiológicas comparables a las producidas en ciertos estados de estrés y ansiedad", afirma Andrés Suro, psicólogo especialista en sexología masculina de MYHIXEL. Ante esta situación, nuestro organismo se ve alterado y la respuesta fisiológica acaba siendo la contraria a la que muchos anuncios publicitarios en San Valentín tratan de imponer. 

"Cuando una persona se siente atraída hacia otra, la inseguridad se apodera de ella hasta tal punto que la decisión del sitio donde cenar o la elección de un tipo de chocolate o flor puede ser poco gratificante", aclara Suro. Según un informe de Nascia, red de centros especializados en el tratamiento del estrés y la ansiedad, aproximadamente un 25% de los españoles viven este día con presión social por las expectativas que tienen puestas en él.

Los especialistas, en este sentido, recomiendan no supeditar la dinámica del deseo a algo material sino a un gesto personal - que bien puede ser complementado por un regalo -. Esto cobra especial relevancia puesto que "generalmente en una pareja existe un miembro con un carácter afectivo más notorio, quien, frente a un exceso de materialismo y carencia de emotividad, podría incluso propiciar una crisis al sentirse poco valorado", explica Anel Rodríguez.

"Si tu cita de San Valentín es con alguien con quien llevas poco tiempo, es normal que quieras causar una buena impresión y mantener una conversación interesante, pero piensa en la posibilidad de que la otra persona esté pasando por lo mismo", afirma la sexual coach. Otros consejos que ofrecen los expertos es decidir conjuntamente el lugar de la cita o realizar actividades relajantes como hacer ejercicio o darse una ducha caliente previamente al encuentro. 

Como último elemento en la ecuación del nerviosismo de San Valentín se encuentra el sexo. Según el I Barómetro de Salud Sexual Masculina en España de MYHIXEL, 3 de cada 4 hombres supeditan la calidad de sus relaciones afectivas a factores como el control eyaculatorio y la duración del coito. Con mayor énfasis en la figura masculina, muchos anuncios y campañas de Marketing inciden en el rol proactivo del hombre a la hora de regalar o decidir la dinámica de la jornada. Los sexual coaches recomiendan hablar de cualquier inquietud y preocupación que se tenga en el terreno de la intimidad sexual, así como sugerir nuevos juegos o formas de vivir vuestra vida sexual en pareja, siempre que ambos miembros estén de acuerdo.

La diferencia entre estar solo y sentirse solo

Desde que la estadounidense Esther Howland popularizó en el siglo XIX las tarjetas de felicitación de San Valentín, los días previos al 14 de febrero bien pueden ser una auténtica tortura para aquellas personas solteras con sentimiento de soledad. "¿Qué he hecho mal para tener que estar solo en el día de hoy?" "¿Por qué no tengo una pareja como la gente normal?" son algunas de las reflexiones que bien toda persona sin compromiso puede tender a experimentar. Todo esto suele generar sentimientos de frustración con mayor o menor intensidad, pero de manera genérica suele provocar una sensación de no habernos esforzado lo suficiente para tener la relación ideal a la que se supone que deberíamos aspirar. Ante esto, Andrés Suro afirma que "la celebración de San Valentín no es una norma ni tampoco una ley divina que debemos obedecer sin rechistar. Se trata de una construcción cultural, que además alcanza su legitimidad dentro de la sociedad de consumo".

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