Sociedad

La Asociación Marroquí celebra la reforma del Reglamento de Extranjería

"Es una victoria porque hasta ahora se ha condenado a la juventud migrante extutelada a la exclusión y al abandono; podrá empezar a acceder a oportunidades que antes eran inviables"

Desde la entidad sostienen que el Estado tenía una "deuda" con estos chicos y estas chicas y reclama que también tome medidas encaminadas a evitar que con solo 18 años tengan que enfrentarse a la situación de sinhogarismo, nada más abandonar los centros del sistema de protección de menores, como está ocurriendo en el presente

Desde la Asociación Marroquí para la Integración de los Inmigrantes celebramos que el Gobierno haya recapacitado y haya apostado por la integración de la juventud migrante extutelada frente a la exclusión a la que se le condena cuando queda en situación administrativa irregular o sin una autorización para el empleo al abandonar los centros de protección de menores. La reforma del Reglamento de Extranjería supone una victoria: es la llave que abre la puerta para que estos chicos y estas chicas al fin puedan acceder a oportunidades que hasta el momento eran inviables para quienes no tenían toda su documentación en regla, es decir, la tarjeta de residencia y el permiso para trabajar.

Para la juventud migrante extutelada a la que damos apoyo desde nuestra entidad en 2020 atendimos de forma presencial a 116 jóvenes en Málaga-, los papeles constituían el principal desafío en su camino para alcanzar la integración social. Sin estos, únicamente podían acceder a empleos en la economía sumergida, sin derechos laborales ni garantías, en condiciones de explotación y abuso. Además, aquellos jóvenes sin permiso de residencia se encontraban continuamente con trabas administrativas para continuar sus estudios. Sin la documentación, estas chicas y estos chicos quedan en una situación de estancamiento que les impide progresar en el proceso de alcanzar su plena autonomía.

Hay que tener en cuenta que el tema de la documentación es uno de los principales motivos de preocupación para esta juventud desde antes incluso de que alcancen la mayoría de edad. Encontrarse con 18 años en situación administrativa irregular o sin permiso para trabajar, en situación de calle al dejar de recibir la protección que garantiza el sistema de protección de menores, sin posibilidades, sin recursos y sin redes, es cargar con demasiado peso las mochilas que llevan estos chicos y estas chicas al abandonar los centros de menores. Esta presión tiene sus consecuencias en la dimensión psicológica y en la pérdida de control de sus vidas en muchos casos, porque resulta insoportable a una edad en la que no cuentan con la madurez ni con un mínimo de recursos para afrontarla.

Es por ello que, desde la Asociación Marroquí, junto a otras entidades con las que trabajamos en el ámbito de la intervención social con esta juventud migrante extutelada, llevábamos meses reclamando que esta reforma del Reglamento de Extranjería se aplicase con urgencia. Cada día cuenta y el Estado tiene una deuda con estos chicos y estas chicas por el abandono y la exclusión a la que se les ha sometido, exigiendo una inmensa capacidad de resiliencia a una juventud que veía frustrados los propósitos que le hicieron emprender una migración en solitario cuando todavía eran niños, niñas o adolescentes.

Siguiente desafío: erradicar el sinhogarismo

La reforma del reglamento de Extranjería es una victoria en lo que a derechos y oportunidades de esta juventud se refiere, pero hay otros desafíos a los que el Gobierno tiene que hacer frente para que estos jóvenes puedan alcanzar la plena integración. Es necesario que se proponga la erradicación del sinhogarismo de estos chicos y estas chicas. En la actualidad, son muchos los chicos y las chicas que abandonan los centros de menores y, al no contar con redes de amigos y apoyo que puedan darle acogida, suelen quedarse en situación de calle nada más cumplir los 18 años, al menos en los primeros meses como mayor de edad, hasta que consiguen acceder a algún recurso, viéndose obligados a sobrevivir en una situación de total exclusión.

La falta de plazas en recursos habitacionales, tanto en los que son genéricos para personas sin hogar, como en aquellos recursos específicos para jóvenes migrantes extutelados, les lleva a enfrentarse al sinhogarismo como una experiencia traumática, de la que en muchos casos cuesta mucho salir por la pérdida de control tan enorme que experimentan. Desde nuestra entidad tenemos casos de chicos que, pese a ello, luchan con todas sus fuerzas por continuar. Chicos que continúan formándose o buscando trabajo de forma persistente, pese a no tener a dónde ir una vez que salen del instituto o de entregar currículum. Se hacen necesarias más plazas en los recursos, y sobre todo más recursos específicos para esta juventud desde los que podamos seguir trabajando de forma integral en su emancipación.

Asociación Marroquí para la Integración de los Inmigrantes

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