Sociedad

Pedro, Pablo y Francisco Armando, los nuevos diáconos de la Diócesis de Cartagena

Pedro Fernández López, Pablo Martínez García Francisco y Francisco Armando de Jesús Mercedes Pichardo son los tres jóvenes seminaristas que este sábado han recibido el diaconado, el primer grado del Orden Sacerdotal. Los admitidos en el servicio diaconal, no superan la treintena. Familiares y amigos de Murcia, Alicante y República Dominicana (lugares de procedencia de los nuevos diáconos), se congregaron en la iglesia parroquial de San Benito de Murcia, con un aforo limitado por las restricciones sanitarias, para acompañar a los ordenados.

La celebración, presidida por el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, se desarrolló en torno a la liturgia de la fiesta del Apóstol santo Tomás. Los hoy diáconos han realizado su formación en el Seminario Diocesano, Internacional y Misionero Redemptoris Mater de Murcia, motivo que hizo recaer sobre Diego Martínez, rector de dicho seminario, la presentación de los candidatos ante el obispo y ante la Iglesia.

«Que Dios os conceda ser hombres testigos de la fe, custodios de la esperanza, y profetas y misioneros de la caridad», este fue el deseo y la petición del obispo de Cartagena para los jóvenes que se ordenaban diáconos el pasado sábado. Durante la homilía, Mons. Lorca Planes recordó a los ordenandos la importancia de la oración en esta nueva etapa: «No olvidéis que sois personas frágiles y que todos los días vais a necesitar poneros delante del Señor, de rodillas, para pedir perdón, para pedir su bendición y para pedir su misericordia». Así mismo, el obispo alentó a sus familias y comunidades a «no dejar de rezar por ellos» animando a los tres jóvenes a permanecer fieles a la Iglesia y a sus comunidades: «Sed agradecidos con aquellos que os han acompañado hasta aquí».

Después de la homilía, los candidatos al diaconado prometieron respeto y obediencia al obispo y a sus sucesores. Durante la letanía de los santos, los ordenandos permanecieron postrados en el suelo mientras la asamblea rezaba de rodillas por ellos. Con la imposición de manos y la plegaria de ordenación del obispo, Pedro, Pablo y Francisco Armando fueron ordenados diáconos, tras lo cual se revistieron con la estola cruzada y la dalmática, signos visibles de su ministerio, y recibieron del prelado las Sagradas Escrituras. Selló el rito de ordenación el abrazo del obispo, tras el que continuó la celebración eucarística.

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