Un ejercicio efectivo ante estas situaciones de estrés se basa en manejar la técnica de la respiración, incidiendo directamente sobre la producción de hormonas y neurostransmisores en nuestro organismo
Los habitantes de Granada tuvieron que enfrentarse hace pocos días a varios terremotos de diversa magnitud. Un terremoto es un hecho inesperado que, como tal, puede afectar a nuestro estado mental, pero ¿de qué manera le afecta realmente a nuestro cerebro un acontecimiento así? Desde TherapyChat, plataforma líder de psicología online, nos revelan los pasos que se pueden dar en nuestra mente ante ello:
En primer lugar, se desencadena un estrés agudo que se manifiesta por una reacción de alarma. Ésta implica que, a nivel cerebral, nuestro Sistema Nervioso Simpático, nuestra amígdala y nuestro hipocampo empiezan a funcionar a marchas aceleradas. Podemos reconocer esto fácilmente porque se trata de una reacción emocional intensa.
Una respuesta automática de atención muy focalizada hacia lo que está pasando.
Una reacción de alarma para ponernos en situación de poder defendernos. Así, todas las energías de nuestro organismo se dirigirán a bombear más sangre hacia los músculos y el corazón, y nuestra respiración se acelerará.
También, se suprimirán momentáneamente todas aquellas funciones fisiológicas de las que podamos prescindir en situación de huida, como, por ejemplo, las digestivas.
Además de estos pasos, si la situación estresante sigue en el tiempo o se va repitiendo, como el hecho que hemos vivido recientemente con los terremotos en Granada, entramos en una fase de resistencia en la que nuestro cerebro emplea sus energías en que nos adaptemos y que no nos afecte tanto aquello que nos está generando estrés. Por contra, al focalizarse tanto en ello, podemos encontrarnos más vulnerables ante otras cosas que también nos causan estrés.
Con el objetivo de poder adaptarnos a este tipo de situaciones que están fuera de nuestro control, TherapyChat comparte 5 consejos a tener en cuenta para conseguir controlar episodios de este tipo:
Ser conscientes de la realidad. Lo primero que hay que entender es que el estrés agudo, aunque incómodo, debe aparecer ante situaciones de alarma. Si ante un terremoto el organismo no reaccionara con alarma y no sintiéramos miedo, resultaría ser muy poco apto para la supervivencia. El miedo es el que pone todo nuestro organismo en marcha para defendernos, salir corriendo, protegernos en algún lugar y sobrevivir.
Informarse adecuadamente. Cuando no tenemos información suficiente sobre una situación, cosa que es muy común en los hechos que se producen de forma imprevista, nuestro cerebro tiende a llenar los vacíos con suposiciones o deducciones que no tienen por qué basarse en un pensamiento racional, lógico o basado en premisas reales. Por eso, será importante que nos preocupemos por tener la información correcta desde fuentes adecuadas y así podremos reducir la incertidumbre y predecir mejor cómo se van a ir desarrollando los siguientes acontecimientos. Seguir esta pauta tendrá muchos efectos positivos, como:
Mantener bajo control emociones como el miedo.
No dar pie a que nos dominen pensamientos irracionales y preocupaciones u obsesiones.
Calibrar mejor nuestras posibles vías de acción para adaptarnos lo mejor posible.
Poner nombre a la emoción. Puede ser miedo, rabia, tristeza… y dale una salida en la medida que puedas. Llora, cuéntaselo a alguien, da unos golpes a un saco de boxeo si lo necesitas, pero no la evites ni la censures, ya que esto sólo lograría acrecentarla e incluso originar problemas mayores.
Hablar del tema. Es muy importante hablar con transparencia estos sucesos si sentimos que nos han afectado a nivel emocional. Que no haya habido nadie dañado a nivel físico no quiere decir que no pueda haber un daño emocional. Estas situaciones que asustan y suceden de manera imprevista pueden no procesarse bien en nuestro cerebro, por lo que será bueno materializarlo en a posteriori (hablando con un ser querido o poniéndolo por escrito) para ayudar al cerebro a hacer un procesamiento completo de lo ocurrido.
Tratar de volver a un estado de claridad mental. Un posible ejercicio sería centrarnos en nuestra respiración; inspirando, reteniendo unos 5-10 segundos el aire en los pulmones, y espirando, de modo que la espiración sea algo más larga que la inspiración. Esto no nos lleva mucho tiempo y podemos incluso seguir haciéndolo mientras vamos tomando decisiones y actuando. Lo bueno es ir ensayándolo antes de que nos sorprenda un terremoto. Si lo hacemos un par de veces al día, aunque estemos tranquilos, lograremos aprender bien la técnica y que nos salga sin esfuerzo de manera automática cuando estamos alterados. Se trata de un ejercicio muy sencilla que nos será muy útil siempre que estemos nerviosos.
Aída Rubio, coordinadora del equipo de psicólogos de TherapyChat, comenta: "Manejar la respiración es una técnica que incide directamente sobre la producción de hormonas y neurostransmisores en nuestro organismo, ya que pone en marcha el Sistema Nervioso Parasimpático (el opuesto al Simpático), el encargado de devolvernos la tranquilidad. Así que es una técnica muy efectiva y rápida para devolver el correcto bombeo de sangre al cerebro y que así podamos pensar mejor en estas situaciones de alarma".
Sobre TherapyChat
TherapyChat es la plataforma líder en psicología online en España. Fundada en 2016 en Madrid, permite a sus usuarios acceder a psicólogos de distintas especialidades a través de su servicio de videollamada. En apenas cuatro años, a través de su aplicación móvil y web, más de 200.000 personas han utilizado la app y han podido mejorar su bienestar de la mano de más de 200 expertos titulados y altamente cualificados. TherapyChat es la primera plataforma española en adherirse al código de buenas prácticas establecido por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.