Sociedad

La mediación, un aporte en la transformación social

El fundamento de una sociedad desarrollada es la adecuada convivencia en todos los ámbitos, en los gobiernos, en las empresas, en las relaciones personales y sociales, etc. Para ello es necesario que los conflictos de cualquier naturaleza puedan ser resueltos mediante mecanismos que permitan la participación y acuerdos entre los involucrados.

La formación en las habilidades y técnicas de comunicación que contempla la Mediación, siempre serán de gran beneficio para todos los integrantes de la empresa. La cultura del diálogo que implica la Mediación siempre aportará beneficios a todos.

"El dispositivo de la Mediación otorga la palabra a los sujetos que padecen y el mediador escucha, desde una posición neutral sus relatos (verdades que en tanto sujetos se constituyen en verdades subjetivas) para evaluar (este es el saber del mediador) si podrán diseñar estrategias consensuadas y conseguir aquello que dicen necesitar y acompañarlas en ese proceso sosteniendo su conflicto" (Aréchaga, P, Brandoni F, Finkelstein A, "Acerca de la clínica de la mediación, Lib. Histórica Bs. As. 2004).

Mediación en la Empresa

Respecto a la forma y dirección de un procedimiento de Mediación, son completamente diferentes a otros sistemas de gestión de conflictos tales como el arbitraje, la conciliación, la negociación o similares. Ni la finalidad ni la forma tienen que ver entre unos y otros. La Mediación no se impone es voluntaria: La aceptación del procedimiento es una cuestión de voluntad de las partes al igual que su finalización o retirada; la Mediación no pretende dar la razón a uno para quitársela a la otro; reformula el conflicto ofreciendo una nueva perspectiva que permita trabajar en el propio ámbito de desarrollo del conflicto a fin de que se propicie la comunicación; no impone soluciones dictaminadas por terceros. Por ejemplo, el litigio impone una sentencia que es dictada por un tercero (la autoridad judicial) determinando vencedores y vencidos, es decir, siempre hay una parte que se le supone con razón y otra sin ella. Igual sucede con el arbitraje: un tercero (árbitro) será el que imponga la resolución del conflicto planteado por las partes.

Los intentos de modernizar las leyes procesales, de incrementar el número de tribunales y de reformar el sistema judicial que se han venido ensayando solo aportan soluciones parciales. Es necesaria la implantación de métodos de gestión de controversias nuevos, que sean complementarios del sistema judicial y que garanticen a los ciudadanos el acceso a la justicia y al derecho que demanda la nueva sociedad.

El objetivo en Mediación no es sancionar los actos humanos que han dado lugar al conflicto, sino trabajar para conseguir establecer unas coordenadas de relaciones futuras entre las partes en confrontación que posibiliten el entendimiento. Se trataría de ofrecer al administrato un abanico de diversos modos de abordar sus conflictos con el fin de escoger el mejor sistema en cada caso, y evitar, siempre que sea posible, el incierto paso por los juzgados.

Giro Paris señala que tanto la justicia como la Mediación tienen su propio campo de acción y su finalidad específica, por lo que no pueden ser reducidos a dos fenómenos sociales intercambiables o sustituibles sin más consideración. La justicia y la Mediación deben poder colaborar franca y lealmente, pero cada una desde su propio campo.

Bolaños Cartujo refiere que el cambio no puede ser concebido en términos de resolución, sino más bien de transformación. El cambio por tanto no es el acuerdo sino el procedimiento recorrido para conseguirlo, por lo que dicho procedimiento debe incluir un método y un modelo que dirija la mirada hacia una óptica diferente a la hora de entender el conflicto tanto desde el punto de vista del mediador como de los participantes.

La Mediación puede caer en los mismos errores que en ocasiones muestra el planteamiento judicial, pues si la teoría del cambio del mediador es entender que hay que alcanzar el acuerdo a fin de resolver el conflicto, y sus técnicas y trabajo con los participantes va dirigido solo a propiciar ese acuerdo, su intento de solución se está limitando.

Linda Singer refiere una bonita frase expresada por una pareja con la que intervino y se encontraba en trámites de divorcio. Al preguntarles la mediadora la razón que les había llevado a recurrir a la Mediación: "No vamos a tener más remedio que ser abuelos juntos".

En términos de Bolaños "la experiencia nos demuestra que animar a las partes no es suficiente". En cualquier caso, la Mediación como procedimiento no es el sistema habitual elegido por las personas que se encuentran enfrentadas. Cuando se les ofrece acudir a Mediación generalmente suelen mostrarse reacias, pues su perspectiva inicial no es resolver el conflicto sino que un tercero le dé la razón (cada uno entiende ser acreedor de tal razón).

La cultura del litigio continua muy arraigada en la mente de todos: ciudadanos, profesionales, instituciones, por lo que la mayoría de las personas no optan por la Mediación como primera elección, prevaleciendo el litigio. La falta de información adecuada y el desconocimiento del recurso influyen notablemente, siendo el camino inicial la consulta a un abogado. La abogacía en general ve lejano el mundo de la Mediación pues entiende que ha venido desempeñando tradicionalmente el papel de negociador, pero la práctica demuestra que gran parte de las disputas legales relacionadas con el ámbito familiar no encuentran una forma satisfactoria de ser solventadas por los mecanismos de la justicia.

El resultado final de un proceso contencioso, además de la resolución judicial impuesta por un tercero ajeno a los enfrentados, es la familiarización de estas con las armas legales llevándoles a mantener la contienda judicial casi permanentemente. La creación de un marco en el que los conflictos puedan ser manejados y neutralizados devolviendo el máximo sentido de responsabilidad a los implicados es lo que ofrece la Mediación.

Porque la perspectiva del profesional de la Mediación también cuenta, señalar que es posible tener diversas visiones de una misma realidad. Hablamos de tres modelos tradicionales, tres líneas de pensamiento con distintas epistemologías: Modelo de la Negociación de Harvard, Circular Narrativo y el Modelo Transformativo. Transformar la forma en que nos comunicamos para transformar las relaciones en la sociedad. Es la piedra angular para el cambio social.

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