Sociedad

Causa de beatificación de Enrique María Esteve Francisco

El sacerdote carmelita Enrique María Esteve Francisco (Almazora, Castellón, 1905-Onda, Castellón, 1990) se ha comenzado su proceso de beatificación. Según los datos que se nos facilitan, se dedicó a enseñar toda la vida Teología y Sagrada Escritura, además, como es lógico, practicar las virtudes naturales y sobrenaturales, en grado máximo. 

No podemos explicar aquí, el proceso de canonización, pero en síntesis, sería un estudio de su vida y de su obra, es decir, también de su producción cultural, y se examinaría, si ha practicado las virtudes en grado heroico, por lo cual, si se sanciona por la Autoridad competente, se le otorgaría el título de venerable, después, con una serie de procesos, si se aprueba oficialmente un milagro, sería beato, y si se aprueba un segundo milagro, ambos después de fallecido, el de santo. 

Bien harían las generaciones actuales, que tanta información disponen con Internet, leer y analizar medianamente, el proceso de beatificación y canonización en el seno del catolicismo, creo que se sorprenderían gratamente, y, desde luego, sería y es, mejor que una novela-nivola-metanovela. En segundo lugar, si se leyesen más biografías de santos y santas, digamos de estos dos últimos siglos, indico este dato, porque supongo, que así muchos, valorarían, multitud de informaciones y documentos recogidos en la época contemporánea histórica, y no tendrían que pensar que son mitos-cuentos-leyendas-invenciones medievales… 

Aunque una persona o colectivo sea ateo o agnóstico o creyente en otra confesión cristiana no católica, o en otra religión, pienso, que los grandes abanderados de la moralidad y ética, durante siglos, no solo son los pensadores y filósofos, que también tienen su parte en este pastel, pero en la práctica, son estos seres humanos, hombres y mujeres, que durante siglos y siglos y generaciones y generaciones, unos con más brillo y, y otros con menos, llevan una vida moral y espiritual más elevada que la media. 

Algunas de estas personas, se les empieza un proceso de beatificación y canonización, una parte de ellas, pasan estos niveles, otras, se quedan durante décadas, en el primer paso, diríamos, el principio, el análisis de vidas y obras… Pero desde luego, cualquier venerable-beato-santo, o venerable-beata-santa, autentificada por el cristianismo, tiene suficientes grados de autenticidad y de verificación, como cualquier otro estudio y fenómeno histórico. En tiempos, diríamos de desánimo, sin entender, ni comprender muy bien lo que sucede y lo que nos sucede. En tiempos, que casi nadie se fía mucho de lo que sucede o ha sucedido, en las explicaciones últimas, y los fines-intereses-metas reales, y desde luego, sin conceptualizar-cribar-analizar-matizar lo suficiente, las metodologías que se utilizan para esos fines y esos medios. Uno, siente, que necesita, leer, acercarse a estas personas, que han estado con nosotros, en esta tierra, una o varias generaciones anteriores a nosotros, o quizás, hayan estado un tiempo con nosotros, quizás, a cien o a mil kilómetros, y que, ellos con sus afanes, y tú, con los tuyos, hemos o habéis estado bajo el mismo aire, incluso sobre la misma tierra sociopolítica o geográfica o continental, desde luego, la misma tierra del mismo planeta… 

Hasta donde conozco, de esta biografía y vida y esta persona y personaje que estamos comentando llevó una vida rutinaria y normal y sencilla, con sus quehaceres y responsabilidades en su orden religiosa, con su trabajo de sacerdote y su trabajo de enseñante de la Biblia y de la Teología, y mientras, dentro de esas actividades, hasta dónde se conoce, en el momento actual, viviendo y existiendo con un gran nivel moral y ético, religioso y espiritual. Quizás, como la gran reformadora de su orden, y quizás, por el ejemplo y la imitación, de otras muchas órdenes de su época, "Dios también está entre los pucheros", nos decía Teresa de Ávila, quizás, ésta sea la lección eterna, dentro de los menesteres normales de cada uno, según su estado de vida, según sus circunstancias, "puede intentar dejar y dejarse que Dios, el Buen Dios, vaya invadiendo su vida y su existencia". Cada uno con sus dolores y penas y angustias y sufrimientos y redolores y repenas y resufrimientos y reangustias… 

Quizás, las órdenes religiosas, que algunas llevan siglos con nosotros, incardinadas en la historia, solo hay que pasear por Europa, nos encontraremos plazas y calles y edificios, en muchos casos, que tienen sus orígenes, en una orden religiosa o en otra. Quizás, deberían haber promocionado, dentro de sus responsabilidades, el incentivar, el cuidar, el estudiar la posibilidad de haber empezado o incoado, como se diría técnicamente, más causas de beatificación. Quizás, en eso, hayan estado bastantes dormidos, quizás, todavía, algunas lo estén. En cierto modo, nadie se rasgue las vestiduras, ni se arranque el cabello, en cierto modo, uno se pregunta, que algunas órdenes religiosas, con varios siglos, que habrán tenido personas consagradas bajo su carisma, su orden, docenas de miles de personas, quizás, algunas cientos de miles, a lo largo de la acumulación de tantos siglos, hayan dejado que muchas vidas y biografías, que murieron con olor de santidad, no hayan empezado sus procesos de beatificación. 

Quizás, en eso las órdenes religiosas hayan estado un poco aletargadas. Quizás, ahora, con tanta crisis moral y religiosa y espiritual que Occidente está sufriendo sea hora de resolver este problema y esta cuestión… ¡Quizás, ahora, que disponen de menos medios y recursos materiales y humanos, quizás, el ejemplo de biografías de personas de alto nivel moral y espiritual sería un incentivo para el mundo de hoy, a y en todos los sentidos…! ¡Estimo que esta sugerencia-iniciativa Teresa de Jesús y Juan de la Cruz les agradaría…!  

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