Sociedad

13 de agosto, Día Internacional del Zurdo: el estrés de los zurdos en un mundo diestro

Cinco millones de zurdos en España utilizan a diario objetos pensados para diestros, lo que les obliga a aprender a manejarlos 'al revés' y a esforzarse en realizar gestos y posturas diferentes a las que marcan sus características genéticas

Entre el 10% y el 15% de la población mundial son zurdos, y en España hay unos cinco millones de personas que usan predominantemente sus extremidades izquierdas, según estadísticas recientes. Esta característica proviene de la preponderancia del hemisferio cerebral derecho, y está determinado por factores tanto genéticos como sociales. Históricamente, la zurdera ha sido estigmatizada, primero con fundamentos esotéricos y religiosos y, posteriormente, con explicaciones pseudocientíficas que apuntaban a que una persona zurda lo era porque había adquirido supuestos 'malos hábitos', como el uso de los cubiertos, la mano elegida para escribir o algunas posiciones básicas en la práctica deportiva, que en muchas ocasiones se intentaban «corregir» desde la infancia. De ahí que todavía existan muchos diestros cuya predisposición genética era a la zurdera, pero que aprendieron a emplear sus extremidades derechas 'como todo el mundo'.

En Therapychat, plataforma líder de psicología online, nos preguntamos ¿hasta qué punto la vida en un mundo principalmente pensado para diestros es una causa de estrés cotidiano para los zurdos? Empecemos por sus objetos de uso diario que, salvo excepciones, han sido pensados para diestros. Un diestro no se plantea si encontrará un abrelatas, una guitarra, una silla de brazo o el pomo de una puerta dispuesto a su favor; un zurdo sí, a pesar de que, con el tiempo, muchos objetos se han ido adaptando.

Aunque la costumbre hace que la mayoría de los zurdos acabe por emplear los mismos elementos que emplearía un diestro, para muchas cosas la incomodidad de vivir en un 'mundo al revés' de lo que te dicta tu cerebro es un estresor con el que lidiar. Por ejemplo, cuando un zurdo aprende a conducir en España, debe hacerlo con un coche de autoescuela que -como norma general- tendrá la palanca de cambios a la derecha.

Lo mismo sucede, por ejemplo, con algo tan sencillo como los tapones de rosca de las bebidas, los productos de higiene personal, las medicinas o los productos de limpieza, donde los zurdos han de adaptarse obligatoriamente a la forma de abrir y cerrar las cosas, pensadas, una vez más, para diestros. Si bien con la práctica se adquiere la destreza y el acto de engañar al cerebro ocurre prácticamente por sí solo, no deja de ser algo digno de reflexión que aquellas cosas que parecen tan sencillas para muchos: cortar con unas tijeras, comer con ayuda de un cuchillo, utilizar un pelador de patatas o emplear un abrelatas, representan verdaderas odiseas para aquellos cuya habilidad reside en la mano izquierda.

Hay convenciones sociales que se convierten en un problema inevitable para los zurdos, por ejemplo, el uso de bolígrafos, rotuladores, lápices de grafito y casi cualquier elemento para escribir a mano. Nuestro lenguaje y todo el sistema de signos y símbolos occidental está pensado para la escritura de izquierda a derecha, con lo cual, para escribir sin mancharse o bien, los zurdos tienen que adoptar posiciones 'raras' para ellos o asumir que irán con la ropa y el brazo llenos de tinta. Desde edades muy tempranas, en el aula, es muy probable que el codo de un alumno zurdo choque sin parar con el de su compañero de mesa al escribir o que exista una verdadera lucha entre la espiral del cuaderno y la mano de un estudiante zurdo.

En la actualidad, por suerte, ya se comprende la zurdera como una característica minoritaria en la población, pero no como un defecto objeto de estigma. De la aceptación de las personas que emplean más y con más precisión sus extremidades izquierdas, surge el Día Internacional del Zurdo, celebrado cada 13 de agosto para reivindicar que, cada vez más, el mundo sea un lugar confortable sin importar con qué mano escribas... o con qué pie te levantes.

La reinvención diaria que supone ser zurdo para muchas personas puede ser un desencadenante de estrés que termine generando peores consecuencias anímicas y psicológicas. Aída Rubio, psicóloga sanitaria y coordinadora del equipo de psicólogos de TherapyChat, afirma:

"Somos afortunados de que la sociedad haya evolucionado lo suficiente como para entender que ser zurdo solo es una característica minoritaria, y no un defecto que, por el motivo que sea, haya que corregir o suprimir. No obstante, el día a día de un zurdo puede ser un pequeño reto más para algunas personas, y aunque los niveles de estrés que esto genera no suelen ser graves, sí pueden llegar a empeorar episodios estresantes mayores. Es entonces cuando la ayuda de un profesional es necesaria para dar herramientas que solventen esta situación"

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