A pesar de que en todos los debates en los plenos Pinatarenses desde el Gobierno Municipal se anunciaba una subida del IBI en torno a un 6 % con respecto al año anterior, la realidad a superado en más de un 100 % esas previsiones. Aunque resulte un alivio para las arcas Municipales supone, sin lugar a dudas, un varapalo para muchas economías familiares y empresariales de los vecinos de nuestra localidad.

Se da la circunstancia que la citada subida se produce en un momento donde cualquier tasación de un bien inmueble que se realice nos dará como resultado una rebaja en la valoración del bien de al menos un 40 % menos que cuatro años, por lo que todavía resulta mas inexplicable una subida real como la acontecida.

Nuestros ediles con responsabilidad de Gobierno se basan en la subida ordenada por el Gobierno Central para justificar tal desatino, pero lo cierto es que desde el Gobierno Local existen métodos que pueden paliar esa desmesurada subida, como por ejemplo bajando el tipo impositivo de los bienes en general, y en el caso de no existir estos métodos puede crearse.

No parece tener ningún sentido que, con la situación económica actual, quienes hemos luchado toda la vida por adquirir un bien, más o menos necesario para nuestra subsistencia o a modo de inversión, en la actualidad o a el corto plazo nos veamos en la necesidad de dejar de pagar los impuestos de los mismos, y por ello perderlos por las desproporciones impositivas que desde Gobiernos Centrales, Autonómicos o locales se están realizando, y que son imposibles de afrontar dada la mala situación de liquidez de familias y empresas hoy titulares de esas propiedades.

Sin querer culpar a nadíe en especial por estos desajustes, si considero que es el momento de que por parte toda la ciudadanía se realicen las reclamaciones pertinentes para hacer comprender a nuestros Gobernantes que lo que piden no es lógico y además es imposible de cumplir, y que de no corregirse, en muy poco tiempo generara en las administraciones un desajuste presupuestario que sólo podrán remediar con el masivo embargo de bienes por impago, que sólo conducirá a un caos económico y social.

Mientras estás subidas de impuestos se producen y nuestros actuales Gobernantes se esfuerzan en convencernos de la austeridad que han implantado en su nueva gestión, los ciudadanos de a pié observamos con asombro como cada vez nos empobrecemos más, y nadíe devuelve un euro de lo malversado. Se nos hacen inviables atender nuestras obligaciones para cumplir con lo Legislado, mientras nuestros políticos y cargos de confianza viven opíparamente a nuestra salud y cumplen con todos nosotros cuando les pedimos ayuda con la famosa frase de "no podemos ayudarle por la herencia recibida y la actual falta de liquidez", pero su sueldo, sus dietas y sus privilegios siguen intactos a pesar de los pesares.

Espero y deseo que este escrito haga reflexionar a quienes tienen la potestad y el deber de Legislar para hacer posible una convivencia ordenada entre administración y administrados, ya que como hemos podido ver recientemente en San Pedro la política es el arte de hacer fácil lo difícil, y si situaciones como la del IBI se observan inadecuadas, pueden y deben corregirse hasta limites sostenibles por el administrado, y eso tan solo se consigue aplicando el sentido común.