La concejalía de Cultura, ha emprendido una ambiciosa campaña, a través de la biblioteca municipal para demostrar que “En San Javier se lee”, también en la temporada veraniega.

Con ese objetivo, entre otras iniciativas, ha puesto en marcha un novedoso servicio, denominado “Lecturas socorridas”, que se suma a los más de 20 puntos de acceso gratuito a libros que tiene repartidos por el municipio.

El objetivo es que nadie se quede sin leer por falta de libros.

Lo de “Lecturas socorridas”, vienen del los servicios de socorrismo, ya que se lleva a cabo con la colaboración de Ambumar SYA y Protección Civil de San Javier y consiste en el reparto de libros gratuitos, a demanda del público, desde los puestos de baño adaptado existentes en las playas Barnuevo, Colón y Castillicos, de Santiago de la Ribera.

El esfuerzo veraniego por llegar al lector y animarlo a leer, va más allá de las tres bibliotecas del sistema municipal, en San Javier, Santiago de la Ribera y La Manga del Mar Menor, con todo su fondo bibliográfico.

Para ello se han puesto en marcha servicios extraordinarios como dos bibliotecas comunitarias en El Mirador y en Roda, que son puntos controlados de intercambio de libros.

Otra iniciativa juega con el factor sorpresa con préstamos que son “citas a ciegas” con un libro para el fin de semana, todos los viernes en la biblioteca de San Javier a través del servicio “Librnder”.

El Bibliobús ayuda a llegar a las playas, ya que cada martes de julio y agosto lleva su espléndida oferta a la explanada del Club Náutico, en Santiago de la Ribera.

El mercado semanal de los miércoles, de Santiago de la Ribera, mantiene su puesto de regalo de libros y continúan las “lecturas chiringuiteras”, con libros gratis que se pueden coger sin más en las barras de los chiringuitos de La Manga del Mar Menor.

A todo esto se suma otra iniciativa novedosa , los puntos “bookcrossing”, disponibles en dos parques de San Javier en los que se toman y dejan libros.

En total, la campaña se nutre de unos 20 puntos de acceso gratuito a libros repartidos por el municipio que gestiona la biblioteca, con la colaboración de voluntarios y la aportación de la iniciativa ciudadana, con ideas tan buenas como la de las “Lecturas socorridas”.