San Javier

“La Traviata” contada por fandangos

Távora propone un encuentro entre ópera y flamenco en "Flamenco para Traviata", su último montaje en el que reivindica el fandango, y rinde homenaje a todas las "traviatas", extraviadas, del mundo

Távora propone un “encuentro” entre ópera y flamenco en “Flamenco para Traviata”, su último montaje en el que reivindica el fandango, y rinde homenaje a todas las “traviatas”, extraviadas, del mundo

Salvador Távora ha reunido flamenco y ópera, en “Flamenco para Traviata”, donde conecta los dos mundos a través de la historia de Violeta, protagonista de La Traviata de Verdi, con el universo del fandango popular, que fueron, en los dos casos, víctimas de la hipocresía y el rechazo social, por su condición de cortesana una, y de colega nocturno del mundo de la prostitución el otro.

A través de ese nexo de unión, Távora levanta un espectáculo en el que es el flamenco, con una antología de estilos de fandangos, el que se pone al servicio de la trágica historia de amor entre la prostituta Violeta y Alfredo, narrada en La Traviata, representados aquí en la piel de los bailaores María Távora y El Mistela.

Távora que rechaza la fusión “porque robaría la identidad de cada arte”, intercala la música de Verdi, con los fandangos, cuyas letras relacionadas con la dramática historia de amor que se cuenta, suenan en las voces de los cantaores Ana Real y José Ángel Carmona, acompañados por Manuel Barraquero y Miguel Aragón a la guitarristas, y Javier Prieto a la percusión.

El director pretende hacer “sentir” la historia a partir de la música, el cante y el baile en un espectáculo para el que ha contado, asimismo, con la bailarina Carolina Morales, un zancudo, y máscaras que le permiten aportar caras que no encuentra, y hasta un caballo blanco en escena como único símbolo de poder.

Távora recurre a la austeridad de medios para remarcar la historia, y tan sólo utiliza la habitual cámara negra, y dos ánforas que aluden a la vida suntuosa de Traviata, que finalmente muere en la pobreza sobre una escalera de pintor.

Flamenco para Traviata se compone de 12 partes en las que el universo lírico se intercarla con el del flamenco, dedicado al fandango, del que incluye hasta doce estilos distintos correspondientes a doce cantaores. La utilización del fandango no es habitual en los espectáculos de La Cuadra, que recurre más a un flamenco austero, jondo como la seguidilla, la soleá o los martinentes, con una dimensión más larga en los tonos.

El propio Salvador Távora ha definido “Flamenco para Traviata”, como una llamada a la conciencia histórica acerca del valor poético del fandango desgarrado, como crónica oscura de la realidad popular del cante y como un homenaje a tantos y tantos fandangueros olvidados; y también, y fundamentalmente, como noticia estremecedora de la generosidad del oficio más viejo del mundo: el de las prostitutas , el de las “traviatas” (extraviadas), de cualquier lugar del mundo.

Con este espectáculo, Távora que está al frente de La Cuadra desde su creación en 1972 con “Quejío”, recoge sus recuerdos de niñez, sobre el cante de los fandangueros de barrio que no obedecían a ninguna regla ortodoxa del cante. El cantaor, que muchas veces no sabía leer ni escribir, disfrutaba así de una libertad que le permitía inventarse letras para cantar a su caprichosa tonalidad, en un palo que hasta hace poco ha sido denostado por los flamencólogos, y en su momento por la burguesía andaluza, debido a su relación con la fiesta nocturna, que organizaban “los señoritos”, con presencia de mujeres de vida pública, y su carácter eminentemente popular.

Un mundo que Táora conecta con la historia de la prostituta de La Traviata , que no podrá vivir su verdadera historia de amor con un miembro de la alta burguesía parisina, debido al rechazo del que es objeto y que acabará muriendo víctima de una enfermedad que ya no puede curar el regreso de su amado. Amor, vida, muerte, sentimiento y dolor, que Távora encuentra en las letras de amores contrariados de los fandangos de su niñez, para contar una historia que se puede expresar “tanto de una forma culta en la obra de Verdi como de un modo popular en una barriada marginal de Sevilla”.

“Flamenco para Traviata”

La Cuadra
Escenario: Auditorio parque Almansa
Fecha: Sábado 9 de agosto 2008
Hora: 22,30h.
Entrada: 18 euros zona A/B- 15 euros zona C/D

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