La obesidad, el consumo excesivo de carnes procesadas, la escasa ingesta de fibra y una menor actividad física aumentan el riesgo de desarrollar un cáncer colorrectal
Además, existen asociaciones entre alteraciones del microbioma intestinal y este tumor
Con más de 43.000 nuevos casos, se estima que el cáncer colorrectal será el tipo de tumor más frecuente en hombres y mujeres en España en 2022 y superará al cáncer de mama, pulmón o próstata
El cáncer colorrectal en personas menores de 50 años es una entidad emergente, con características epidemiológicas, clínicas y moleculares específicas y cuyo abordaje supone un reto
En personas jóvenes se suele diagnosticar en etapas más avanzadas por baja sospecha clínica
Los programas de cribado de cáncer colorrectal reducen la incidencia y mortalidad por cáncer colorrectal en las personas que participan en ellos
La investigación es clave para mejorar el pronóstico y aumentar la curación de los pacientes con este tipo de tumor
El cáncer colorrectal será el tipo de tumor más frecuente en España en 2022, de forma global en mujeres y hombres. Con 43.370 nuevos casos estimados, la incidencia de este tipo de cáncer superará al de mama, pulmón o próstata este año, según recoge el informe ‘Las Cifras del Cáncer’ de la Sociedad Española de Oncología Médica.
Ante esta realidad, oncólogos del Grupo de Tratamiento de los Tumores Digestivos (TTD) señalan que existen diversos factores que aumentan el riesgo de desarrollarlo como son la obesidad, una baja actividad física, el consumo excesivo de carnes rojas procesadas y la escasa ingesta de fibra y que se han observado asociaciones entre elementos del microbioma intestinal y el cáncer colorrectal. El cambio en el número y tipos de bacterias que habitan en nuestros intestinos altera la estructura y función del microbioma y las vías metabólicas e inmunitarias que median en el desarrollo del cáncer colorrectal.
En este sentido, varios estudios muestran cómo no llevar un estilo de vida saludable puede favorecer la aparición de este tipo de tumor digestivo. Mantener un peso normal desde edades tempranas reduce el riesgo de adenomas colorrectales y, además, realizar al menos 15 horas de actividad física semanal después del diagnóstico de cáncer colorrectal se asocia con un descenso de un 38% del riesgo de mortalidad.
Para el profesor Enrique Aranda, jefe de Servicio de Oncología Médica Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y presidente del Grupo TTD, es importante concienciar a los ciudadanos de que hacer ejercicio físico es "fundamental". "La grasa supone un estado inflamatorio, y una inflamación crónica atrae muchas citoquinas, que promueven el cáncer en los órganos que están inflamados".
En la misma línea, la Dra. Paula Jiménez, oncóloga médico del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y miembro de la junta del TTD, señala que “tener un estilo de vida saludable lleva a que los pacientes puedan combatir mejor la enfermedad, también psicológicamente, y tener mayor adherencia a los tratamientos”.
Además, hay evidencias del efecto protector del consumo de fibra frente al cáncer colorrectal, con una reducción del riesgo de hasta un 40% en personas con un elevado consumo diario, mientras que también está confirmada la asociación entre consumo de carne procesada y cáncer colorrectal: un aumento del 18% por cada 50 gramos diarios de carne procesada consumida.
Se está investigando si las características del microbioma intestinal podrían usarse para la detección de este tipo de cáncer y modificarse para la quimioprevención y el tratamiento. Sin embargo, no está claro si los cambios en el microbioma intestinal contribuyen al desarrollo del cáncer colorrectal esporádico o son el resultado de éste.
Aumento de la incidencia en jóvenes
Uno de los retos a los que nos enfrentamos es el paulatino aumento de la incidencia del cáncer colorrectal en menores de 50 años. Estudios recientes de grandes registros europeos indican que las tasas de cáncer colorrectal se han incrementado significativamente en pacientes de 20 a 49 años durante los últimos 25 años, principalmente por un aumento del cáncer de colon distal y de recto. En particular, el incremento de las tasas de cáncer de recto ha sido de un 1.8% por año desde 1990 hasta 2016. Se observan tendencias similares en Estados Unidos, Australia y países de Asia.
El cáncer colorrectal de instauración precoz es una entidad emergente con características epidemiológica, clínicas, patológicas, moleculares y pronósticas específicas y su abordaje supone un verdadero reto. Así lo explica el presidente del Grupo TTD, Enrique Aranda quien destaca que “necesitamos profundizar en el porqué de este aumento de la incidencia en el cáncer de colon de instauración precoz y abordar el perfil clínico y molecular del cáncer colorrectal en jóvenes”.
Las causas son multifactoriales y no bien conocidas todavía, aunque trabajos recientes refieren que una historia de cáncer colorrectal en la familia, factores genéticos, una vida sedentaria, el sobrepeso, el consumo de bebidas alcohólicas, la ingesta de carnes procesadas, la esteatosis hepática y la baja ingesta de vegetales están correlacionados con el incremento en estas franjas de edad.
El cáncer colorrectal en personas jóvenes se suele diagnosticar en etapas avanzadas por baja sospecha clínica, tal y como indica la Dra. Elena Élez Fernández, oncóloga médico del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona y miembro de la junta del TTD. "En torno al 25 por ciento de los pacientes debutarán con la enfermedad diseminada y prácticamente el 50 por ciento de los pacientes con estadios limitados acabarán desarrollando enfermedad metastásica", ha subrayado.
Investigación y diagnóstico
La investigación en el cáncer colorrectal, tanto en personas menores de 50 años como en mayores de 50, es clave para mejorar el pronóstico y aumentar las tasas de curación de los pacientes.
De igual manera, los programas de cribado de cáncer colorrectal son fundamentales para llegar a un diagnóstico temprano de la enfermedad.
“Tras la implantación del programa de test en sangre oculta en heces, se obtuvo un incremento del 10% en la incidencia de este tumor después de dos años desde su implantación, con un descenso de la mortalidad estandarizada por edad de cerca del 9% a los siete años de su implantación. En cifras, se podrían salvar con diferentes programas de cribado 36.000 vidas”, añade la Dra. Ana Fernández Montes, oncóloga médico del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) y de la junta directiva del TTD.
No obstante, existe cierta desigualdad en la implantación entre las Comunidades Autónomas. Con respecto a la incorporación de las Comunidades a los programas de cribado, han sido pioneras País Vasco y Navarra, con una adherencia de la población en esta última superior al 70%. En cambio, otros territorios como Baleares, Murcia o Canarias presentan una implantación parcial del programa de cribado frente a comunidades como Cataluña o Galicia, donde la implantación es total.
Por último, desde el TTD destacan la importancia de participar en los programas de cribado de cáncer colorrectal porque reducen la incidencia y mortalidad de este tumor en la población diana a los que están dirigidos, que son las personas de 50 a 69 años. Y de que todas las personas, incluidas las menores de 50 años, consulten con su médico si presentan síntomas que sugieran la presencia de un cáncer colorrectal.