LA CONCEJALÍA DE AGRICULTURA INFORMA:

El daño que producen las bajas temperaturas a los cultivos se deben a la formación de hielo en los tejidos que provocan la rotura de las paredes celulares induciendo la deshidratación. Las lesiones generadas dependerán de la intensidad de la helada y de la duración de la misma. A su vez, la intensidad variará en función de la presencia y velocidad de viento, de la humedad relativa ambiental y sobre todo del estado de la planta, que es sobre lo que podremos actuar.

Como actuaciones preventivas, podemos citar las siguientes:

- Manejo de la fertilización. De manera general, la fertilización nitrogenada en días anteriores a la helada hará que el cultivo haya desarrollado más y esté más expuesto a sufrir daños, por lo que debemos evitar la misma. Una vez pasado el periodo frío se debe potenciar la fertilización fosfórica para regenerar los tejidos dañados. El potasio regula la fotosíntesis y el estado hídrico de la planta por lo que no debemos olvidarnos de este elemento durante el periodo de bajas temperaturas.

- Manejo del riego. Es recomendable el riego al atardecer para llegar a saturación, evitando que quede aire en el suelo y así combatir los intercambios de temperatura rápidos. También se recomienda incrementar ligeramente la conductividad eléctrica del riego siempre que no se utilice abonados nitrogenados para este fin.

- Evitar el laboreo del suelo.

- Utilización de acolchados y cubiertas. Se desaconseja la utilización de plásticos para acolchado negros, pues no permiten el calentamiento del suelo por el día. Son convenientes los transparentes y la utilización de cubiertas de geotextil (manta térmica) o polietileno.

Para leñosos y como protección activa, se recomienda el uso del riego por aspersión, estufas, parafinas, ventiladores, etc… Se ha comprobado que la quema de paja humedecida o de otros materiales no es suficiente para combatir una helada y el perjuicio medioambiental es considerable.