La presidenta de Por Mi Región, Pilar García, considera una "desvergüenza" que los ayuntamientos reunidos en la Mancomunidad del Valle de Ricote tengan una deuda desde hace siete años con Adivar, Asociación de Personas con Discapacidad.
"Es un auténtico despropósito que estos ayuntamientos no sean capaces de resolver esta deuda, que ha llegado a los tribunales y que incluso tiene sentencia favorable, con un colectivo que, para colmo, representa a personas vulnerables", afirma García, quien recuerda que la deuda asciende a 80.000 euros, más otros 30.000 en intereses.
Asimismo, apunta que la Comunidad Autónoma "se ha inhibido completamente", por tanto, "si este es el ejemplo que las administraciones dan ante personas con discapacidad y sus familias, poco más se puede esperar de estas, sobre todo de la administración local, que es la más cercana al ciudadano y la que conoce mejor los problemas de sus vecinos".
La presidenta de Por Mi Región, que ha mantenido una reunión esta semana con representantes de la Asociación de Personas con Discapacidad del Valle de Ricote, asegura que esta situación ha pasado por varias fases y Adivar está convencida de que la Mancomunidad, integrada por Ojós, Ulea, Villanueva del Río Segura y Ricote y representada por el alcalde de Ulea, no tiene intención de pagar. "La excusa es que no tienen dinero, desde hace siete años. Además, está condenada por el Tribunal Superior de Justicia, aunque la Asociación ha tenido que volver a los tribunales para que se ejecutara la sentencia, que era muy breve y muy clara, puesto que no había nada que discutir, Adivar ha prestado un servicio y hay que abonarlo".
Por tanto, "ante esta desidia e incapacidad, Adivar está abocada nuevamente a ir a los tribunales porque no hay posibilidad de acuerdo ninguno", declara García, quien insiste en que es "tremendamente vergonzosa la situación".
Asimismo, reconoce que la Asociación "hace una labor extraordinaria y en estos momentos son las familias quienes tienen que esforzarse para financiar los servicios que precisan los pacientes, ya que necesitan estimulación temprana y cuidados muy especiales".
Para Pilar García, que la CARM no tome cartas en el asunto cuando tampoco es una cuantía desproporcionada "demuestra su insensibilidad con una asociación como esta que presta una atención imprescindible y que llega a donde las actuales administraciones son incapaces".